BRASILIA, domingo, 11 julio 2004 (ZENIT.org).- En esta entrevista concedida a Zenit, el profesor Humberto Vieira –miembro de la Academia Pontificia para la Vida y presidente de la Asociación Pro-Vida y Pro-Familia en Brasil– analiza la decisión del Tribunal Federal Supremo brasileño del pasado 1 de julio de permitir el aborto en los fetos anencefálicos y revela las consecuencias del aborto provocado en la mujer.
–La CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil) ha difundido un comunicado declarándose sorprendida por la decisión del ministro Marco Aurélio, del Tribunal Federal Supremo brasileño, de autorizar el aborto en caso de anencefalia fetal. ¿También las asociaciones pro-vida se han sorprendido? ¿Qué piensa de la decisión del ministro?
–Profesor Vieira: No sólo la CNBB, sino todos nosotros nos hemos quedado sorprendidos. He seguido todo el proceso con el doctor Paulo Leão, presidente de la Asociación de Juristas Católicos de Río de Janeiro. La cuestión estaba en la agenda de la reunión del STF (Supremo Tribunal Federal) del primer día, y había sido fijada para las 13.00 horas.
Nos hemos preparado para esta reunión y también hemos elaborado un Memorandum para entregar a los ministros del STF. Cuando nos dirigíamos hacia la sede del tribunal hemos sido informados de que la reunión se había adelantado a las 10.00 y que la cuestión de la anencefalia no había sido afrontada.
Inmediatamente después hemos sido sorprendidos por la noticia de que el aborto en estos casos había sido permitido. Imagino que el ministro-relator ha tomado la decisión de hacer libre el aborto en caso de anencefalia en virtud de los argumentos presentados durante el proceso. Sabemos, sin embargo, que están privados de fundamento y lo hemos demostrado en el Memorándum.
–¿La decisión del ministro hace que en el futuro se afronten otros tipos de aborto?
–Profesor Vieira: El aborto eugenésico es defendido, entre los otros, por aquellos que quieren el mejoramiento de la raza humana e invierten millones de dólares, también en Brasil, para alcanzar sus propios objetivos. Este es un precedente peligroso, porque abre el camino a otros tipos de aborto, por ejemplo de discapacitados físicos o mentales, y hasta de criaturas sanas pero que no entran en los criterios aprobados por los grupos eugenésicos.
Los pobres, los mutilados y los negros, según estos grupos, son «sub-razas» y no deben prosperar, por lo que la esterilización y el aborto obligatorio son instrumentos para contener estas franjas de la población. «Después de Hitler la eugenesia no ha desaparecido. Se ha renovado», afirmó Edwin Black en su libro «La guerra contra los débiles – La eugenesia y la campaña norteamericana para crear una raza superior» recientemente publicado.
–¿Qué consecuencias puede tener el aborto para una mujer, también en caso de gestación de un hijo con una enfermedad grave, como en el caso de anencefalia?
–Profesor Vieira: El aborto de anencefálicos, como cualquier otro tipo de aborto, tiene consecuencias muy serias para la mujer. La mujer no está exenta de las consecuencias del aborto por el mero hecho de llevar dentro un feto anencefálico.
El doctor Bernard Nathanson, que luchó por hacer el aborto legal en los Estados Unidos y que confiesa haber practicado 5.000 abortos, es hoy un defensor de la vida y afirma que entre las consecuencias físicas del aborto está la laceración del cuello del útero provocada por el uso de dilatadores, la perforación del útero, hemorragias uterinas, endometritis post-aborto, evacuación incompleta de la cavidad uterina, insuficiencia o incapacidad del cuello uterino, aumento del nivel de cesáreas.
Entre las consecuencias psicológicas asociadas al aborto están las relativas al síndrome post-aborto: caída de la autoestima por el hecho de haber eliminado al propio hijo, frigidez, hostilidad ante el marido o el compañero, sentimiento de culpa o frustración del instinto materno, problemas nerviosos, insomnio, neurosis de varios tipos, enfermedades psicosomáticas, depresiones, etcétera.
Muchas mujeres que abortan intentan desesperadas el suicidio, no perdonándose haber asesinado al propio hijo. Estas consecuencias son mucho más graves que las de la gestante de un feto anencefálico.
–¿Por qué la Iglesia y las asociaciones pro-vida luchan contra el aborto en el caso de la anencefalia, un tipo de enfermedad para la cual actualmente no existe tratamiento?
–Profesor Vieira: La Iglesia y las asociaciones pro-vida defienden la vida humana desde la fecundación hasta la muerte natural. Cada ser humano es amado por Dios, independientemente del hecho de que sea portador de anomalías.
La ciencia afirma que desde la fusión del espermatozoide con el óvulo tiene origen un nuevo ser. «Al inicio del ser existe un mensaje que contiene la vida y es la vida. Y si este mensaje es humano, esta vida es humana», afirma el profesor Jerôme Lejeune, el genetista que descubrió el síndrome de Down. La Iglesia, como todos nosotros a favor de la vida, se basa en el mandamiento «No matarás».
–¿Qué puede hacer la sociedad y las asociaciones pro-vida para intentar modificar la situación del aborto libre del feto anencefálico?
–Profesor Vieira: La decisión del ilustre ministro Marco Aurélio, el relator que ha concedido permiso para la libertad de aborto en caso de anencefalia, deberá ser sometida a la Plenaria del STF, que decidirá si será mantenida.
La Asociación Nacional de los Juristas Católicos de Río de Janeiro y la Asociación Nacional Pro-Vida y Pro-Familia presentarán a los ilustres ministros del STF un Memorandum fundado en bases científicas que se oponen a las falsas argumentaciones presentadas para la concesión del permiso.
También otras organizaciones que defienden la vida humana presentarán los propios argumentos. Estamos seguros que los ilustres miembros del STF tomarán la decisión justa una vez que la cuestión esté más clara.
–¿Qué riesgos implica para la mujer la gestación de un feto anencefálico?
–Profesor Vieira: Ningún otro riesgo respecto a los de un embarazo de un feto sin anomalías. Es cuanto afirman ginecólogos, asociaciones médicas y expertos. Todo aborto, en cambio, implica consecuencias físicas y psicológicas para la mujer. El doctor Dernival da Silva Brandão, especialista en Ginecología, obstétrico-ginecólogo y diplomado en la Academia Fluminense de Medicina, ha afirmado:
«El polidramnio es un problema presente en varias patologías de la gestación y el tratamiento específico es la amniocentesis, la extracción del exceso de líquido amniótico, procedimiento realizado de rutina con las debidas cautelas.
La hipertensión arterial es un problema muy común en obstetricia. La enfermedad hipertensiva específica de la gestación (DHEG) no es exclusiva de la anencefalia, y tiene un tratamiento específico como muchos otros problemas obstétricos.
La patología vascular periférica de contención es otro problema que se puede verificar con cierta frecuencia en cualquier gestación y tiene un tratamiento específico.
Los problemas obstétricos y las complicaciones en el parto de anencefálicos pueden verificarse, no son de gran relevancia y, como en cualquier caso, se puede optar por una cesárea, sin ulteriores problemas».