La fe de los mexicanos impresiona a los Príncipes de Asturias en Guadalupe

MÉXICO, lunes, 19 julio 2004 (ZENIT.org).- Este domingo concluyó la peregrinación más antígua y multitudinaria de México –la de la Diócesis de Querétaro– a la Basílica de Guadalupe.

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Cerca de 120 mil fieles colmaron el recinto guadalupano, contando, en esta ocasión con cuatro visitantes inesperados: el presidente de México, Vicente Fox y su esposa, doña Martha Sahagún, acompañados del Príncipe Felipe y su esposa doña Letizia Ortíz.

En el momento en que se desarrollaba la misa de las peregrinas, las dos parejas estuvieron presentes desde el balcón que dentro de la Basílica se guarda para las visitas presidenciales o de altos dignatarios extranjeros. Escucharon parte de la Liturgia de la Palabra y, más tarde, se transladaron a una de las capillas laterales de la Basílica de Guadalupe, donde escucharon completa la misa dominical.

En el libro de visitantes distinguidos, don Felipe y doña Letizia dejaron estampado el siguiente mensaje: «Con gran emoción venimos a demostrar nuestra devoción por la Vírgen de Guadalupe, en nuestra primera visita a México juntos».

El abad de la Basílica y rector de la misma, el padre Diego Monroy, manifestó que los príncipes de Asturias se mostraron impresionados ante la manifestación de fe de la diócesis de Querétaro y de los miles y miles de peregrinos que los acompañaron el día de ayer en la Basílica más visitada del mundo.

Antes, el obispo de Querétaro, Mario De Gasperín Gasperín, había lanzado un vibrante mensaje a los peregrinos y al país en el que habló del aporte de la Iglesia católica «a la reconstrucción del lastimado tejido social de nuestra patria».

Y agregó: «Nosotros no predicamos violencia ni propiciamos enfrentamientos; nosotros no favorecemos divisiones ni le disputamos a nadie el poder ni el dinero ni codiciamos los bienes ajenos; los católicos queremos aportar fraternidad y solidaridad, ofrecer perdón y construir la paz».

La visita estaba prevista con motivo de la misa dominical de la Catedral Metropolitana, donde eran esperados los Príncipes de Asturias y la pareja presidencial mexicana por el cardenal Norberto Rivera Carrera.

Sin embargo, se tuvo que cambiar a la Basílica de Guadalupe por que el zócalo capitalino, lugar donde se encuentra la Catedral, estaba «tomado» por una manifestación política.

De cualquier forma, tanto los Príncipes de Asturias con el presidente Fox y su esposa, se mostraron entusiasmados por el fervor popular y por haber podido acceder a la Basílica en medio de una fiesta inmensa de religiosidad guadalupana.

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ZENIT Staff

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