La institución constata en su informe, publicado el 20 de julio, que este fenómeno se debe principalmente al descenso de fieles en muchas denominaciones cristianas, sobre todo entre adolescentes y adultos, y al aumento de inmigrantes de otras religiones.
De acuerdo con la investigación, entre 1993 y 2002, los estadounidenses que se consideraban protestantes bajó de un 63% a un 52%, después de que durante años esa cifra se mantuviera estable.
Al mismo tiempo, los norteamericanos que dijeron que no estaban afiliados a alguna denominación religiosa aumentó de un 9% a casi un 14%. Según el estudio, muchas de estas personas habían sido previamente de religión protestante.
La población católica se ha mantenido estable en Estados Unidos en los últimos años. Actualmente constituye alrededor del 25% de los habitantes del país, según esta fuente.
Por otro lado, las personas que dijeron pertenecer a otras religiones, incluyendo el islam, iglesias ortodoxas o religiones orientales, pasaron del 3% al 7% entre 1993 y 2002. Los judíos constituyen menos de un 2%, sin que se hayan registrado variaciones.