Según el doctor Roberto Castellano, presidente de la organización, la decisión judicial es «una regresión moral, porque el Estado, en vez de proteger a los más débiles, los discrimina según un estándar de calidad», recoge «Aica».
«El día de mañana –observó–, otra madre va a argüir sufrimiento porque le informaron que su hijo tiene síndrome de Down, y otra dirá que le informaron que el suyo tendrá una sobrevida de poco tiempo, y entonces se establece la eugenesia».
En este caso, «se está poniendo en primer lugar el derecho de la madre a no sufrir, por encima del derecho a la vida» y se «está convirtiendo al Estado y a los médicos en dueños de la vida ajena», alertó el doctor Castellano.
Pero «todos tenemos un tiempo de vida limitado –planteó–. ¿Quién es el dueño para discernir en cuánto se acorta nuestra vida?».
«Esa criatura, aunque las circunstancias hayan hecho que fallezca, en el 99% de los casos, a las pocas horas del parto, tiene derecho a los nueve meses de gestación. ¿Por qué se lo achican a ocho? –cuestionó–. ¿Quién es el dueño de ese mes que le roban de vida? ¿Los jueces de la Corte? ¿El Estado provincial? ¿La madre? Nadie tiene derechos sobre esa vida, porque la vida es sagrada».
Es más, «la ciencia y el Estado tienen que estar al servicio de garantizar que, por limitada o corta que sea la vida, la persona pueda vivirla», aclaró el doctor Castellano.
En su opinión autorizar el aborto por anencefalia es similar a «la desaparición forzada de un bebé». «Es el asesinato de un chico indefenso, con el argumento de que es enfermo», concluyó.