El presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud anunció en un encuentro con la prensa, tras la celebración eucarística, que la Santa Sede dará a conocer próximamente la creación de la Fundación Buen Samaritano para contagiados por el virus VIH (Cf. Zenit, 29 de julio de 2004).
La iniciativa surge, explicó, en coherencia con la doctrina cristiana que manda atender al más desprotegido, independientemente de su filiación religiosa, para recaudar fondos en todo el mundo y aumentar la presencia asistencial de la Iglesia junto a los enfermos de sida.
Ante el estrago brutal del SIDA, afirmó, es necesaria una «globalización de la solidaridad», tal y como lo ha pedido Juan Pablo II.
El cardenal Lozano Barragán, arzobispo emérito de Zacatecas (centro de México), estuvo acompañado en la celebración, entre otros, el por el presidente del Episcopado Mexicano y obispo de la diócesis de León, José Guadalupe Martín Rábago, y el arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga como representante del CELAM.
El padre Javier Lozano Barragán fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1979 por el cardenal Ernesto Corripio Ahumada, arzobispo de México, y cinco años más tarde fue nombrado obispo titular de Zacatecas. El 22 de octubre de 2003 fue creado cardenal por el Papa.
Juan Pablo II se hizo presente en la celebración con una carta en latín enviada a monseñor Lozano Barragán en la que expresa su «máxima estima» por el servicio ofrecido a la Iglesia en México, Zacatecas y, ahora, en la Santa Sede.