SANTIAGO DE CHILE, domingo, 5 septiembre 2004 (ZENIT.org).- La Iglesia pide a los medios que «sirvan a la verdad» y que se abstengan de ser «tribunales», afirma el cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile.
Fueron las dos ideas centrales de la conferencia que el purpurado pronunció el 27 de agosto «Medios ¿sólo de comunicación social?» ante el Club de la Prensa de la Universidad Católica de Santiago de Chile en un hotel de Vitacura.
Los medios de comunicación «no pueden llegar a ser una nueva forma de tribunales y linchamientos populares», recordó.
El cardenal reconoció que «instituciones y personas –también los jueces, los parlamentarios, los alcaldes y los sacerdotes– tenemos que acostumbrarnos a vivir bajo una luz pública más intensa, aunque ciertos reflejos sean dolorosos o muestren aspectos que antes desconocíamos de nuestras realidades».
El purpurado hizo un detallado análisis de las implicaciones éticas del periodismo, y se refirió la implicación de la Iglesia.
«Para configurar el proyecto de selección, que es parte de la línea editorial, la Iglesia recuerda que la comunicación social apunta a la comunión y el progreso de la convivencia humana», explicó.
El cardenal Errázuriz apuntó que «la Iglesia no pide que el periodismo se ocupe exclusivamente de las noticias positivas» pero sí que sirvan a la verdad y al bien común.
«La Iglesia no pide la fijación de parámetros ideológicos, tampoco evitar comunicaciones conflictivas, ni menos aún impulsar la idea –para muchos tan atractiva– de que el periodismo se ocupe exclusivamente de las noticias positivas», reconoció.
El arzobispo explicó el fundamento de lo la teología de la comunicación: «La misma creación y, más aún, la entera revelación y la historia del pueblo que acogió las palabras de Dios sobre sí y sobre el hombre, es sorprendente comunicación de Dios con el género humano».
El cardenal Errázuriz, también presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) destacó que «la misma Iglesia, reflexionando sobre su propia naturaleza, se entiende como un sacramento de comunión».
El purpurado recordó que «la Iglesia identificó la importancia y significación de los medios de comunicación casi de inmediato cuando éstos fueron inventados» y citó como ejemplo «Radio Vaticano» y las aportaciones de Juan Pablo II a la comunicación.
El cardenal consideró que «los medios han llegado a trascender la simple acción de vínculo para llegar a conformar una nueva cultura».
«Los medios de comunicación han agregado a los hombres mucha información, lo que es una base fundamental para el respeto y el aprecio; pero no siempre han proveído de niveles similares de acercamiento y comprensión», lamentó el cardenal.
«Para quienes son católicos constituye una tarea apasionante y gratificante, como muy pocas, encontrar la manera de hacer atrayentes los valores del Evangelio, considerando que ellos expresan la gran verdad sobre la realidad del hombre», constató.
«Un aire fresco soplaría en Chile si cada ciudadano tuviera la confianza de saber, sin distorsión alguna, cuál es la trayectoria, cuáles los proyectos, cuál el peso espiritual y ético de los servidores públicos del país, y pudiera confiar en la imagen que todos los medios presentan de ellos», dijo a los periodistas.
«Una sociedad humana requiere de medios de comunicación que generen transparencia para evitar el abuso, la corrupción y la injusticia», alentó.
El purpurado concluyó su conferencia invitando a los periodistas a «profundizar esa forma de hacer las cosas, a comprometerse cada vez más con la dignidad de las personas y con la verdad».
El texto completo de la conferencia está disponible en www.iglesia.cl