CIUDAD DEL VATICANO, martes, 2 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención de Juan Pablo II este lunes, solemnidad de Todos los Santos, antes de rezar la oración mariana del Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
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1. «Alegrémonos todos en el Señor, en esta solemnidad de Todos los Santos». Con esta invitación a la alegría, comienza hoy la celebración eucarística en honor de Todos los Santos. La Iglesia peregrina en la tierra alza la mirada al Cielo y se une exultante al coro de quienes Dios ha asociado a su Gloria. ¡La comunión de los santos!
2. Precisamente a la luz de este misterio estupendo, mañana celebraremos la anual Conmemoración de todos los fieles difuntos. La liturgia nos invita a dilatar el corazón y a rezar por todos, en especial por las almas más necesitadas de la divina misericordia.
Elevo una especial oración a Dios por todas las víctimas del terrorismo. Me siento espiritualmente cerca de sus familias y, mientras pido al Señor que alivie su dolor, invoco la paz en el mundo.
3. Que María, Reina de Todos los Santos, nos ayude a seguir fielmente a Cristo para llegar a la gloria del Cielo.
[Traducción del original italiano realizada por Zenit]