Cardenal sudanés denuncia la pasividad del gobierno en las matanzas de Darfur

Declaraciones del cardenal Gabriel Zubei Wako

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ROMA, lunes, 15 noviembre 2004 (ZENIT.org).- El cardenal Gabriel Zubeir Wako, arzobispo de Jartum, ha alertado de la dejadez del gobierno de Sudán frente a las milicias «Janjaweed», salteadores árabes que llevan muerte y destrucción desde hace años entre los civiles no árabes de la región occidental de Darfur.

«No me parece que haya una voluntad del gobierno sudanés de intervenir para frenar las milicias Janjaweed –expresó–; de otro modo habrían permitido a las Naciones Unidas y a la Unión Africana actuar con mayor rapidez en Darfur».

Las declaraciones del prelado se recogieron durante una rueda de prensa celebrada con ocasión del encuentro del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM) convocado en Roma del 10 al 13 de noviembre.

Hace tiempo que se alzan voces que califican de genocidio las acciones que perpetran las milicias filo-gubernativas de los «Janjaweed».

«En Darfur hay dos movimientos de guerrilla que han tomado las armas para reivindicar una mayor atención del gobierno central para el desarrollo de la región. Los «Janjaweed», armados por el gobierno, no combaten a la guerrilla, sino que atacan a la población civil. Si no es genocidio es, en todo caso, una matanza indiscriminada de civiles», denunció el purpurado.

Acusando al gobierno sudanés de abandonar Darfur porque su población es mayoritariamente negra y de financiar las milicias «Janjaweed», dos grupos rebeldes de autodefensa populares –el «Movimiento para la Justicia y la Igualdad» (JEM) y el «Ejército-Movimiento de liberación de Sudán» (SLA-M)— se alzaron en armas contra Jartum.

Se calcula que, por efecto de los combates iniciados en febrero de 2003, han muerto cerca de 70 mil personas y se han producido cerca de dos millones de desplazados; 200 mil se han refugiado en El Chad. Son los protagonistas de la peor crisis humanitaria que se registra en este momento en el mundo (Zenit, 5 de noviembre de 2004).

La Unión Africana (UA) ha enviado un grupo de observadores, apoyados por un pequeño contingente militar, para controlar el respeto del «alto el fuego» –firmado en abril, pero nunca respetado del todo– entre las fuerzas gubernativas de Jartum y los rebeldes del SLA-M y JEM.

El pasado 9 de noviembre las partes en conflicto suscribieron, tras dos semanas de conversaciones en Abuja –la capital nigeriana, donde se celebran las negociaciones entre el gobierno de Jartum y la guerrilla del occidente sudanés– bajo la mediación de la UA, dos protocolos de seguridad y acceso humanitario.

Por un lado, se establece una zona excluida al vuelo de aviones y helicópteros de la aviación sudanesa, que realiza frecuentes ataques contra las aldeas de la zona

Fruto de las presiones ejercidas por la ONU y la UA, las partes en conflicto se comprometen también a suspender las operaciones bélicas en Darfur y a proteger a los prófugos de agresiones.

Estos acuerdos han sido firmados –en presencia del presidente nigeriano Olusegun Obasanjo, presidente de turno de la UA– por el ministro de agricultura, Majzoub al-Khalifa –por parte del gobierno sudanés– y por los responsables de SLA-M y JEM, apunta «Misna».

Las conversaciones de paz se reanudarán el próximo 10 de diciembre.

Tras la firma de estos protocolos, fuentes locales citadas por la agencia «Fides» alertaron, sin embargo: «Desgraciadamente hemos visto demasiados acuerdos solemnemente estipulados y después violados. Se necesita que la comunidad internacional y las Naciones Unidas se comprometan de forma aún más decidida para resolver la situación en Darfur».

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ZENIT Staff

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