CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 21 noviembre 2004 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención de Juan Pablo II antes de rezar la oración mariana del Ángelus a mediodía de este domingo junto a varios miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
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1. Hoy, último domingo del año litúrgico, se celebra la solemnidad de Cristo Rey del universo. Hacia él dirigían la mirada los padres del Concilio Vaticano II, cuando el 21 de noviembre de hace cuarenta años promulgaron la constitución dogmática que inicia con las palabras «Lumen gentium cum sit Christus», «Por ser Cristo luz de las gentes».
La «Lumen gentium» ha supuesto un hito en el camino de la Iglesia por las sendas del mundo contemporáneo y ha estimulado al Pueblo de Dios a asumir con más decisión sus responsabilidades en la edificación de ese Reino de Cristo que sólo tendrá su cumplimiento pleno más allá de la historia.
2. La animación evangélica del orden temporal es un deber de todo bautizado, en particular de los fieles laicos (Cf. «Lumen gentium», números 31, 35, 36, 38). Útil ayuda para esta misión es también el «Compendio de la doctrina social de la Iglesia», publicado precisamente este año por el Consejo Pontificio de la Justicia y de la Paz, al que renuevo mi gratitud.
3. Todo empeño humano, sin embargo, para alcanzar el objetivo debe apoyarse en la oración. Hoy se celebra la Jornada «pro orantibus». Confío a María Santísima las comunidades de vida contemplativa, a las que saludo con afecto. Que no les falte nunca a estos hermanos y hermanas nuestros el apoyo espiritual y material de todos los fieles.
[Traducción del original italiano realizada por Zenit. Al final el Papa dirigió un saludo en varios idiomas. Éstas fueron sus palabras en castellano:]
Saludo a los peregrinos de lengua española, particularmente a los de la diócesis de Huelva. ¡Fieles a Cristo, rey del universo, anunciad el Evangelio! ¡Feliz domingo!