HONG KONG, lunes, 22 noviembre 2004 (ZENIT.org).- En una carta enviada a los responsables de las escuelas católicas, el obispo católico de Hong Kong –monseñor Joseph Zen Ze-kiun– pide ignorar la nueva ley que pretende un control total sobre la educación y la marginación de la Iglesia.
En su misiva del pasado 20 de noviembre, de la que «AsiaNews» se hace eco, el prelado aclara que su «intención» no es un enfrentamiento con el gobierno, sino el intento de «salvaguardar la tradición católica en la educación» y la libertad educativa.
De acuerdo con el obispo Zen, tal libertad está en peligro por las últimas disposiciones aprobadas por el parlamento local, sugeridas en realidad desde Pekín.
La propuesta del prelado es llevar a cabo una resistencia pasiva bloqueando la realización del nuevo organismo de control que el ejecutivo de Hong Kong quiere imponer a todas las escuelas (Cf. Zenit, 9 de julio de 2004).
Este organismo –«Comité de administración» («Incorporated Management Committee»)–, según la ley, debería aplicarse antes del año 2010.
A la vez, monseñor Zen pide a todas las escuelas que potencien los organismos que ya existen en las escuelas católicas, orientados a un mayor contacto entre familias, profesores y responsables de la educación, que comparten la «visión y la misión» de la educación católica.
Con esta iniciativa, la agencia del PIME apunta que la Iglesia católica y quienes comparten su criterio se preparan a un inevitable choque con el gobierno en 2010.
En su misiva, el obispo Zen advierte que la ley aprobada por el parlamento el pasado julio –«Education Ordinance 2004»– «ha cambiado el sistema educativo de Hong Kong, que ha sido muy eficaz en el pasado» y ha «demolido la colaboración y la relación de confianza entre los responsables escolares (“sponsoring bodies”) y el gobierno».
Tal cambio ha tenido lugar de forma «unilateral, revolucionaria e indiscriminada», sin que hubiera petición alguna desde la base.
La disposición exige que en cada escuela se ponga en marcha un Comité de administración que se convierte en el verdadero socio del gobierno en la escuela. Tal Comité –que decide incluso la política educativa— debería estar formado por representantes elegidos entre los profesores, padres y alumnos del centro, además de otras personas «de la sociedad en general».
Para el gobierno se trata de un paso «hacia la democracia». La Iglesia advierte en cambio un medio para eliminar su propuesta educativa y privarle de toda responsabilidad.
Misioneros en Hong Kong citados por «AsiaNews» apuntan que «es curioso que el gobierno, que bloquea el proceso democrático en la sociedad y no acepta el sufragio universal en las elecciones ciudadanas esté tan atento a la democracia en las escuelas».
Las escuelas, institutos y colegios universitarios que gestiona la diócesis de Hong Kong en todo el territorio –más de trescientos– están reconocidos como de la más alta calidad. De hecho, las personalidades más conocidas en el entorno cultural, político y económico se han formado en escuelas católicas.
En su carta, monseñor Zen afirma que con la nueva ley «ya no tendremos la garantía de trabajar en la escuela según nuestra visión y misión». Todas las escuelas pasarán a la «directa supervisión del gobierno», alerta.
Por todas estas razones, «en calidad de obispo de Hong Kong», monseñor Zen ha decidido que «ninguna escuela tenga su Comité de administración».
La ordenanza del gobierno permite a las escuelas instituidas antes de enero de 2005 esperar hasta el 2010 para la realización de este punto. De forma que la resistencia a la que convoca el prelado a las escuelas católicas es legal, por lo menos hasta dentro de seis años.
Con todo, su carta sugiere que en el caso de apertura de una nueva escuela, «abriremos un debate (con el gobierno) sobre el caso, para hallar una solución».
Otras comunidades cristianas –sobre todo anglicanos y metodistas— comparten la postura de monseñor Zen. Incluso los anglicanos amenazan con el cierre de sus escuelas si el gobierno ya no les permite ejercer su plena responsabilidad educativa.