BRUSELAS, miércoles, 24 noviembre 2004 (ZENIT.org).- La Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE) ha recordado que «decidir si Turquía puede iniciar negociaciones con vistas a ingresar en la Unión Europea en el futuro es una cuestión política, no religiosa».
«Esta cuestión política merece un amplio debate en la sociedad civil europea», añade.
Este ha sido uno de los puntos de reflexión de la Asamblea Plenaria que ha celebrado el organismo en Bruselas el 18 y 19 de noviembre.
En un comunicado difundido al término de su encuentro, los episcopados europeos recalcan que «para la Iglesia católica es importante que Turquía y la UE desarrollen sus relaciones de una forma constructiva y amigable».
«La religión no constituye un obstáculo para que un país como Turquía, con una población mayoritariamente musulmana, llegue a ser miembro de la UE», reconocen.
«En cualquier caso –dice la COMECE— es importante que Turquía respete los derechos fundamentales, por ejemplo la igualdad de status para la mujer, la libertad de expresión y asociación y la libertad religiosa».
Por lo tanto subrayan los prelados que «debe cuestionarse si es apropiado abrir negociaciones con Turquía mientras los derechos fundamentales, incluyendo la libertad religiosa, no sean completamente respetados en ese Estado».
De ahí que la COMECE proponga que antes de las negociaciones para el ingreso de Turquía, sean garantizados los derechos de libertad religiosa y el status de las minorías según el Tratado de Lausana de 1923.
En cuanto al Tratado Constitucional de la UE, que entrará en vigor tras la ratificación de los Estados miembros, los obispos europeos solicitan un debate público, sobre todo en aquellos países donde se celebrará un referéndum. Igualmente han expresado su pesar porque persista la omisión al Cristianismo en la versión final del preámbulo del texto.