ROMA, martes, 30 noviembre 2004 (ZENIT.org).- La relación entre el hombre y las máquinas será el argumento central de la octava edición del Festival de Cine Espiritual «Tercer Milenio».
La iniciativa, que estará complementada por un congreso de estudio patrocinado por el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales y por el Consejo Pontificio de la Cultura, analizará los interrogantes éticos que plantea este fenómeno, así como las claves de comprensión que ofrece la espiritualidad.
El congreso, que fue presentado este lunes a la prensa, se celebrará con el título «Hibridación hombre-máquina, identidad y conciencia en el cine postmoderno» en la Libre Universidad de María Santísima Asunta (LUMSA, por sus siglas en italiano) de Roma, entre el 1 y 2 de diciembre próximo.
Por su parte, el Festival «Tertio Millennio», organizado por la italiana «Revista del Cinematógrafo» del Ente estatal de Espectáculos, proyectará películas ligadas al argumento del 1 al 19 de diciembre
Entre otras destacarán las primeras imágenes de «Robots», el esperadísimo filme de animación producido por la «20th Century Fox», firmado por el Premio Oscar Chris Wedge, director de «Balloon guy» (1987), «Bunny» (1998) y «Era Glacial» (2002).
En la presentación a la prensa, el arzobispo John P. Foley, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, afirmó que el objetivo del congreso constató que «el cine se siente atraído por este argumento y crea escenarios futuristas, en los que se notan con frecuencia posibles consecuencias dañinas para la persona humana».
«Será ciencia ficción, sí, pero ese futuro está ya aquí, desde hace años, antes de que nos diéramos cuenta; la hibridación empezó en el momento en que el hombre se sirvió de un medio para llegar hasta donde su humanidad no le permitía llegar», observó.
«Ciertamente, la evolución de la tecnología ha permitido una revolución que ha cambiado nuestro modo de vivir, y lo cambiará más, con innegables ventajas, pero también con aspectos peligrosos», advirtió el responsable vaticano de medios de comunicación.
La cuestión que plantea la iniciativa el prelado estadounidense la sintetizó en este interrogante: «¿Se trata de humanizar la máquina o de transformar al hombre en algo inhumano?».
En su intervención, el cardenal Paul Poupard, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura, afirmó que «la máquina parece la negación del hombre y la robótica la anulación de la dimensión espiritual».
En realidad, constató, «el hombre de hoy no puede prescindir de todo lo que es fruto de su inteligencia y de su creatividad, del arte y de la técnica, de la ingeniería y de la literatura, de la razón y del artificio».
«Dios ha dado al hombre la inteligencia, que le ha permitido proyectar máquinas cada vez más sofisticadas, y le ha dejado libre de hacer sus opciones», subrayó el purpurado francés, pero «somos nosotros quienes creamos nuestra realidad tecnológica».
«Hemos dicho muchas veces que el cine es un gran instrumento para narrar historias, gracias al poder de la imagen; y el empeño de muchos directores puede ayudarnos a confrontarnos con la evolución de una nueva dimensión en la que la inteligencia humana se une a la inteligencia artificial», subrayó el cardenal.
«No podemos olvidar que el futuro de la humanidad quedará plasmado también por nuestra capacidad de amar, tener sentimientos, de nuestra necesidad de espiritualidad. El hombre seguirá buscándose a sí mismo, a los demás, a Dios. La identidad y la conciencia seguirán siendo cualidades humanas insustituibles», concluyó.