KIEV, miércoles, 1 diciembre 2004 (ZENIT.org).- Ante el momento «histórico» que vive Ucrania, convulsionada por las protestas post-electorales, su presidente, como garante de la Constitución, tiene el deber de asegurar la estabilidad del país y de enfrentar a sus responsabilidades a los autores de la actual crisis institucional, según alertan seis líderes de varias confesiones cristianas, entre ellos el cardenal Lubomyr Husar.
El patriarca ortodoxo Filarete, el líder de los Baptistas –Komendant–, el obispo Panochko –pentecostal–, el obispo Padun –evangélico– y el vicario general católico Trofimijak unen sus firmas a la del purpurado en una carta abierta dirigida al presidente Leonid Kuchma –publicada por el servicio de comunicación de la Iglesia greco-católica — en la que expresan su perplejidad a las cúpulas institucionales sobre la gestión de la crisis política.
En el país sigue abierto el conflicto por la controvertida vuelta electoral del 21 de noviembre, ganada –proclamaron datos oficiales– por el actual primer ministro filo-ruso Víctor Yanukóvich, pero fuertemente contestada por los partidarios de su adversario, Víctor Yúschenko como fruto de un enorme fraude.
Según los seis líderes cristianos, es deber primordial del jefe de Estado intervenir con fuerza; en cambio son los ciudadanos los que salen a las calles a «transformarse en garantes» para «reclamar la verdad».
«La difusión de las protestas populares demuestra que los derechos de las personas han sido violados brutalmente» y los ucranianos no volverán a sus casas si tales derechos «no son renovados y garantizados», alertan.
La misiva dirigida a Kuchma subraya que la gente «tiene razón en esperar de usted las decisiones que sólo el presidente puede tomar como garante de la Constitución ucraniana». El retraso en adoptarlas –observan los firmantes– es interpretado por la población como «un plan premeditado» dirigido contra sus intereses.
«Está en vuestra mano disipar esta desconfianza y confirmar la primacía de la ley» –exhortan–, «incluso en caso de que ello os obligue a algún sacrificio personal».
El texto añade un llamamiento al presidente: «su acción es inmediatamente necesaria para poner ante sus propias responsabilidades a quienes se han hecho culpables de la falsificación de las elecciones, a través del abuso de poder, y también a quienes están insidiosamente estudiando planes para dividir el país».
Concluyen invocando «la ayuda del Señor» para que el presidente pueda «leer correctamente “los signos de los tiempos” y comprender de manera particular que debe demostrar su responsabilidad personal ante todo a Él».
Este miércoles la Rada Suprema –el Parlamento de Ucrania— ha aprobado una moción de censura contra el ejecutivo del primer ministro, Víctor Yanukóvich, y ha propuesto al presidente saliente, Leonid Kuchma, la creación de un gobierno de confianza nacional, informa «Efe».
La resolución obliga a Yanukóvich a presentar su renuncia como jefe de gobierno. Los partidarios del primer ministro anunciaron inmediatamente que recurrirán la decisión parlamentaria ante el Tribunal Constitucional.
Mientras se debatía en la Rada, el Tribunal Supremo continuaba la vista sobre la demanda presentada por los apoderados de Yúschenko para la anulación de la decisión de la Comisión Electoral Central (CEC) de proclamar a Víctor Yanukóvich como ganador de las elecciones del pasado 21 de noviembre.
Kuchma hizo un llamamiento a un «pacto constitucional» entre el Ejecutivo, la Rada y la sociedad para superar la grave crisis que atraviesa el país. «No hay una salida estrictamente constitucional a la situación», opinó.
Por su parte, la emisora pontifica apunta que el presidente saliente se mostró este miércoles favorable a nuevas elecciones presidenciales en dos turnos, en lugar de una simple repetición de la segunda vuelta entre Yúschenko y Yanukóvich.
El 13 por ciento de los habitantes de Ucrania, república ex soviética de más de 47 millones de habitantes, es católico, en buena parte de rito oriental. La mayoría de la población es ortodoxa.