BALTIMORE, domingo, 6 febrero 2005 (ZENIT.org).- En conjunto, «Caritas Internationalis» (CI), la federación internacional de agencias humanitarias católicas, ha reunido cerca de 320 millones de dólares para ayudar a las comunidades afectadas por el «tsunami» del pasado 26 de diciembre.
El fenómeno acabó con la vida de cerca de 300 mil personas, principalmente en países del sudeste asiático, golpeando especialmente las poblaciones costeras y suprimiendo el sustento de las comunidades pesqueras, el sector más afectado.
Confirmando la cifra global reunida por CI, en una nota enviada a Zenit el jueves «Caritas» de los Estados Unidos –«Catholic Relief Services» (CRS), que es parte de CI— anuncia su decisión de incrementar su compromiso inicial de 25 millones de dólares a 80 millones durante 5-7 años para ayudar a los supervivientes del «tsunami» en la India, Sri Lanka e Indonesia a reconstruir su vida, sustento y comunidad.
«Ya ha pasado tiempo suficiente como para permitirnos ver con mayor claridad la extensión del trabajo que será necesario para ayudar» a la recuperación de los afectados, explica el presidente de CRS, Ken Hackett.
«Mientras seguimos proporcionando ayuda de emergencia a los necesitados, ya estamos entrando en una fase de recuperación a largo plazo que requerirá más millones que los estimados en un principio», explica.
Basándose en análisis sobre el terreno, la agencia ha decidido incrementar la cuantía de su ayuda. Los 80 millones de dólares respaldarán una variedad de programas encaminados a restablecer los medios de vida, reconstruir carreteras, puentes, instalaciones públicas y casas, así como mejorar la autosuficiencia.
Los programas podrán extenderse según se modifiquen las necesidades o se perfilen mejor en los próximos meses.
Desde que sucedió la tragedia, CRS ha reunido más de 69,5 millones de dólares gracias a la generosa respuesta de la comunidad católica estadounidense y de otros apoyos, de forma que el organismo ya no va a seguir solicitando activamente fondos adicionales.
«Tenemos presente nuestra responsabilidad para asegurar que los fondos se utilizan para el propósito que se entregaron: ayudar a los supervivientes a recuperarse y recobrar su modo de vida», añade Hackett.
En la India, por ejemplo, CRS está trabajando tanto con entidades eclesiales como con otras agencias humanitarias para implementar un programa que proporcione sistemas de agua potable y ayuda médica a más de 350 mil personas, comprar embarcaciones, redes de pesca y otras herramientas que ayuden a la gente a reanudar su forma de sustento, y reconstruir escuelas que permitan a los niños retomar su educación.
En Indonesia, que se llevó lo peor de la fuerza del «tsunami», CRS y asociados ayudarán a unas 240 mil personas en las zonas de Meulaboh y Banda Aceh a marcharse de las tiendas alquitranadas a casas nuevas construidas por operarios locales, infundiendo en las comunidades un trabajo significativo y esperanza de una vida nueva. La agencia ayudará a los supervivientes a enfrentar sus pérdidas con asesoramiento profesional y dándoles oportunidades de aprender nuevas habilidades laborales o restablecer su comercio.
Más de 170 mil personas recibirán, por su parte, ayuda en la reconstrucción de sus casas en Sri Lanka. Y se les asegurará la alimentación adecuada y la atención sanitaria, así como el cuidado y apoyo que necesitan para construir un futuro para sí y sus hijos.
Más de 60 años lleva CRS trabajando en el sur y sureste asiático brindando ayuda de emergencia y asistencia al desarrollo a largo plazo.
La agencia es la organización humanitaria internacional oficial de la comunidad católica de los EE. UU. y proporciona asistencia en 99 países y territorios en necesidad, sin distinción de raza, credo o nacionalidad.
Más información en www.catholicrelief.org .