Nuevos descubrimientos desmienten la datación medieval de la Sábana Santa

ROMA, lunes, 7 febrero 2005 (ZENIT.org).- El pasado 19 de enero la «AMSTAR» –«The American Shroud of Turin Association for Research»–, una organización científica orientada a la investigación sobre la Sábana Santa de Turín, anunció que la prueba del Carbono 14 efectuada en 1988 no se hizo sobre el lienzo original, sino más bien sobre una zona retejida de la Síndone, llevando a una datación errónea.

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Las pruebas del Carbono 14 llevadas a cabo por tres laboratorios habían situado la antigüedad de la Síndone –que según la tradición envolvió a Jesucristo en el sepulcro, quien dejó impresa su imagen en la tela– entre 1260 y 1390 d.C.

Pero el profesor Raymond N. Rogers, miembro del «Los Alamos National Laboratory» de Nuevo México afirma que «exámenes químicos indican que el lino de la Sábana Santa en realidad es muy antiguo, mucho más que la fecha radiocarbónica publicada en 1988».

Los descubrimientos del científico americano han sido publicados en «Thermochimica Acta» (Volumen 425, Números 1-2, 20 enero 2005, pp. 189-194), una publicación científica sobre química.

La aportación de Rogers ha suscitado debate. El pasado 22 de enero, en un artículo del diario italiano «Avvenire», monseñor Giuseppe Ghiberti, presidente de la Comisión para la Síndone de la diócesis de Turín declaró que «la doctora suiza Mechtild Flury-Lemberg ha examinado el lienzo con mucha atención y no ha visto absolutamente ninguna señal de añadido textil».

De acuerdo con monseñor Ghiberti, «se quitó también el revestimiento y por primera vez en 500 años vimos la parte posterior del lienzo: no hay ningún signo de remiendo. Y además una reconstrucción se hace sólo donde hay un hueco, mientras que la muestra se tomó de una zona de ángulo, donde es irrazonable pensar en cualquier entretejido medieval».

«Me sorprende que un especialista como Rogers –añadió– caiga en tantas imprecisiones en su artículo. Puedo esperar, más bien, pensar que la datación del C 14 sea rectificable (el método de hecho no está carente de incertidumbres), pero no sobre la base de la teoría del remiendo».

Por su parte, el profesor Rogers ha aclarado a Emanuela Marinelli para Zenit el resultado de sus investigaciones. El químico mantiene que no ha sido comprendido, porque no se trata de una muestra de un remiendo invisible y precisa que existe una evidente «diferencia entre la muestra utilizada para el análisis al radiocarbono y la parte principal de la Síndone».

Al respecto, Rogers invita a mirar las fotografías en fluorescencia a ultravioleta disparadas por Vern Miller en 1978. «Enseñan la zona del muestreo como una zona oscura –aclara– y ello demuestra que la relativa composición química no era la misma del paño principal. La zona oscura no es el resultado de suciedad o de una sombra. Puedo explicar la fluorescencia en gran detalle, pero está basada completamente en la composición química».

«No soy un experto textil, pero he encontrado una extraña juntura con las extremidades en contacto entre los hilos que el experto en tejidos Gilbert Raes había extraído en 1973», afirma Rogers. Añade que Anna Maria Donadoni, superintendente del museo egipcio de Turín «me mostró cómo las longitudes separadas de hilado iban superpuestas en la textura del paño principal de la Síndone».

«La juntura es completamente diferente. Es además evidente que las dos extremidades de la juntura son distintas: una es lanuginosa y blanca, la otra está coloreada y estrictamente acombada», subraya.

«Si bien no soy un experto textil –concluye Rogers–, soy un experto estimado en química, y mi artículo en “Thermochimica Acta” ha sido sometido a la revisión entre colegas. Pocas personas sostenían que la determinación de la edad radiocarbónica pudiera estar equivocada: era difícil convencer a los escépticos».

Emanuela Marinelli, licenciada en Ciencias Naturales y Geológica, lleva casi tres décadas dedicada a la Síndone. Ha escrito numerosos libros sobre el tema y ofrece en Internet (www.sindone.info) las últimas novedades científicas.

En su opinión –afirma a Zenit–, la autoridad de la revista científica «Termochimica Acta» y la gran experiencia y fama del profesor Rogers, como analista y experto en la Síndone, «hacen el estudio altamente cualificado».

El profesor Rogers «habla como científico tras haber llevado a cabo investigaciones sobre material extraído de la Síndone»; «sus conclusiones son como para considerarse definitivas: los análisis realizados en 1988 con el método del radiocarbono han dado resultados infundados porque la muestra examinada no estaba compuesta sólo por hilos originales de la Síndone, sino también por hilos añadidos sucesivamente», «algo que no aparece a la simple observación del ojo», explica.

Según describe Marinelli, «la Síndone tiene todas las características de un auténtico lienzo fúnebre que correspondería a la cultura judaica de la época de Jesús. El hilado, el tejido y la manufactura son comparables a los de la región siro-palestina de hace dos mil años. Sobre la reliquia se hallaron numerosos pólenes de plantas que no crecen en Europa, algunos de estos típicos o hasta exclusivos del desierto del Sinaí».

También presenta «microtrazas» de «aragonitas», «el mismo mineral hallado en las grutas de Jerusalén», y tiene «residuos de áloe y mirra, propio de las dos especies perfumadas de las que habla el Evangelio para la sepultura de Jesús», añade.

Siguiendo su explicación, «la imagen impresa en la Síndone es la de un hombre martirizado, que ha derramado copiosa sangre» –«verdadera sangre humana» «no añadida con pincel»–; «las torturas» que ha sufrido, «la flagelación, la coronación de espinas, la crucifixión se pueden deducir del Evangelio, pero también de los detalles verídicos por parte histórico-arqueológica y médico-legal».

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ZENIT Staff

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