BOGOTÁ, miércoles, 9 febrero 2005 (ZENIT.org).- Los obispos de Colombia han señalado al país la urgencia de llegar a un «acuerdo humanitario que sirva para la liberación de todos los secuestrados» e iniciar «un proceso de negociación y de paz entre el Gobierno y las FARC-EP» (la guerrilla) en su Mensaje difundido al término de la 78ª Asamblea Plenaria (Bogotá, 31 de enero a 4 de febrero).
El texto –que a continuación publicamos íntegramente– hace alusión a la intervención del presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, el cardenal Pedro Rubiano Sáenz, al inicio de los trabajos de esta Asamblea (Cf. Zenit, 3 febrero 2005).
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Conferencia Episcopal de Colombia
MENSAJE DE LA LXXVIII ASAMBLEA PLENARIA DEL EPISCOPADO
Al término de nuestra Asamblea Plenaria Nº 78 de la Conferencia Episcopal, saludamos con gratitud y afecto a los Sacerdotes, a los Religiosos(as) y al pueblo colombiano, con quienes deseamos compartir estas breves reflexiones.
1. Pensamos en el Santo Padre. Las noticias sobre su delicado estado salud, nos preocupan y obligan a redoblar la oración. Si es normal que la vida de un hombre se agote con los años y la enfermedad, nos consuela saber que el Papa sigue conservando su fortaleza espiritual y su lucidez mental. Más aun: desde su lecho de enfermo nos anima con su ejemplo para acoger la sabiduría de la Cruz.
2. El tiempo de la Cuaresma que se inicia el próximo miércoles con la imposición de la Ceniza, es ocasión propicia para el cambio y la conversión; para dejarnos conducir por el Espíritu de Dios y hacer morir en nosotros el pecado; para enderezar los caminos y mirar con esperanza la posibilidad de un país más justo y más fraterno.
En la Cuaresma de este año, Año de la Eucaristía, se nos convoca a crecer en la fe y en la vida cristiana mediante la participación activa en las celebraciones eucarísticas, principalmente el domingo “día del Señor”; a compartir con los más pobres y necesitados mediante la campaña de Comunicación cristiana de bienes, cuya colecta será destinada a aliviar en algo el sufrimiento de las víctimas de la tragedia causada por el maremoto que afectó varios países del continente Asiático.
3. Hacemos eco al Mensaje de Cuaresma del Santo Padre y como El reclamamos una especial atención a la llamada “Tercera Edad”. “El cuidado de las personas ancianas, sobre todo cuando atraviesan momentos difíciles, debe estar en el centro de interés de todos los fieles”. La vida es un Don de Dios; “en El está nuestra vida, así como la prolongación de nuestros días”. Llegar a la edad madura es, signo de la bendición y de la benevolencia del Altísimo” (Mensaje del Santo Padre para la Cuaresma de 2005).
4. Reafirmamos, una vez más, el principio de que la vida humana debe ser respetada desde su inicio en la fecundación hasta su ocaso natural.
Nos duelen y preocupan todos los atentados contra la vida humana. Apelamos al buen juicio y a la rectitud de conciencia de los legisladores para que no prosperen proyectos de ley atentatorios contra la vida, como el aborto, la eutanasia y la clonación terapéutica con células embrionarias.
El camino de la conversión pasa por la toma de conciencia sobre esa “conjura contra la vida” de que habla el Papa en la Carta Encíclica sobre el valor y el carácter inviolable de la vida humana (cf. E.V. 17).
Nosotros seguiremos denunciando los crímenes atroces, la violencia, venga de donde venga, que se ensaña contra las gentes humildes; el desplazamiento forzoso, el secuestro y todas las violaciones de derechos humanos fundamentales.
5. Como todos los colombianos, queremos un país en el que se respete la libertad, se promueva la verdad y se instaure la justicia. “Nuestro compromiso con el Evangelio nos mueve a exclamar proféticamente: Es hora de silenciar los fusiles y de poner en marcha actos sinceros y reales de paz. Es hora de que los legisladores, definan un marco jurídico que posibilite la restauración de las relaciones resquebrajadas por el conflicto y que le aporten al país una ley de verdad, justicia y reparación. El pensamiento social de la Iglesia recuerda que las víctimas del conflicto no pueden ser olvidadas. Es hora de llegar a un acuerdo humanitario que sirva para la liberación de todos los secuestrados e iniciación de un proceso de negociación y de paz entre el Gobierno y las FARC-EP” (Alocución Inaugural del Señor Cardenal Pedro Rubiano Sáenz).
Oramos, y pedimos al pueblo cristiano que ore para que el Señor nos conceda la Paz, don de Dios y responsabilidad de los hombre de buena voluntad.
+ Pedro Card. Rubiano Sáenz
Arzobispo de Bogotá
Presidente de la Conferencia Episcopal
+ Luis Augusto Castro Quiroga
Arzobispo de Tunja
Vicepresidente de la Conferencia Episcopal
+ Fabián Marulanda López
Obispo – Secretario General
Conferencia Episcopal