CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 11 febrero 2005 (ZENIT.org).- «El timón está siempre en sus manos» son las palabras del título que destaca en toda la primera página de la edición diaria italiana de este sábado de «L’Osservatore Romano» para informar sobre el regreso de Juan Pablo II al Vaticano tras nueve días de hospitalización.
Al comentar la salida del Policlínico Agostino Gemelli y la llegada al Vaticano en «papamóvil», en la noche de este jueves, el periódico de la Santa Sede constata ante todo cómo los habitantes de la ciudad eterna se echaron a las calles para ver pasar al pontífice, que les bendijo a su paso.
«Quien reza tiene en las manos el timón de la historia», añade la nota de Giampaolo Mattei, citando las palabras de un padre de la Iglesia en las que –según el columnista de «L’Osservatore Romano»– se condensa «la realidad que está constatando el mundo, en particular en estos momentos».
«Juan Pablo II, hombre de oración y totalmente abandonado en la voluntad de Cristo y en los brazos de la Madre, a través del sufrimiento hecho oración, manifiesta a la humanidad que su mano rige el timón», subraya.
«La experiencia de la enfermedad y de la fragilidad es hoy una condición ocultada, es considerada como una dimensión débil de la vida y se tiende a percibirla como una mortificación inaceptable. Juan Pablo II, con la fuerza del hombre de Dios y del testigo de la Verdad de Cristo, trastoca esta idea dominante», señala.
«Testimonia el gran valor salvífico del dolor cristianamente vivido –concluye–. Desde la aurora de su pontificado ha pedido a los enfermos que apoyen su misión petrina con sus oraciones: el misterio de la redención del mundo está sorprendentemente arraigado en el sufrimiento y éste, a su vez, encuentra en él su supremo y más seguro punto de referencia».