CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 28 febrero 2005 (ZENIT.org).- Cuatro días después de la operación de traqueotomía, Juan Pablo II se restablece con normalidad y ha comenzado ejercicios de respiración y de voz, según explicó este lunes la Santa Sede.
En un breve comunicado, Joaquín Navarro-Valls, director de la Oficina de Prensa vaticana, ha aclarado que las condiciones generales de salud del Papa son buenas.
«El postoperatorio del Santo Padre se desarrolla sin complicaciones», afirma el portavoz en la nota. «Su estado general y los parámetros biológicos siguen siendo buenos».
«El Santo Padre se alimenta con regularidad, pasa algunas horas en el sillón y ha empezado los ejercicios de rehabilitación de la respiración y la fonación», añade el comunicado que fue entregado a los medios de comunicación por escrito, sin que compareciera Navarro-Valls.
Dada la convalecencia favorable que está experimentando el Santo Padre, el siguiente comunicado oficial sobre su salud será publicado el próximo jueves, 3 de marzo.
Juan Pablo II apareció por sorpresa este domingo sentado en su sillón, después del rezo de la oración mariana del Ángelus, tras los cristales de la ventana del décimo piso del Policlínico Agostino Gemelli, en el que se encuentra internado desde el pasado jueves.
En ese día, se le sometió a una traqueotomía para facilitarle la respiración, debido a una crisis respiratoria aguda causada por una recaída del proceso gripal que padece desde finales de enero y por el que ya había sido hospitalizado del 1 al 10 de febrero.
Si bien se podía ver en el rostro del Papa el cansancio y la rigidez provocados por la enfermedad y la operación, se pudo comprobar que no necesita respiración asistida.
El comunicado de prensa del Vaticano no permite hacer un cálculo del número de días que todavía tendrá que permanecer hospitalizado. Este lunes, en declaraciones a «La Repubblica», el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, consideraba que «en estos casos, la prudencia nunca es exagerada».
«Sólo me permitiría aconsejar que sean menos precipitados a la hora de hacerle regresar al Vaticano. Al menos con respeto a la otra vez, cuando dejó con algo de sorpresa el Gemelli. Si los médicos dieron su consentimiento, ciertamente tenían sus buenos motivos. Pero ahora aconsejo más prudencia», añadió.