LYÓN, domingo, 15 mayo 2005 (ZENIT.org).- Más de 193 millones de dólares distribuyen este año en ayudas las Obras Misionales Pontificias, con especial atención a los países que sufrieron el «tsunami» el pasado diciembre, según ha decidido la Asamblea plenaria anual que hasta este viernes se celebra en Lyón (Francia).
Las OMP, aunque son cuatro –fundadas en momentos y por personas distintas— («Obra Pontificia de Propagación de la Fe», «Obra Pontificia de la Santa Infancia», «Obra Pontificia de San Pedro Apóstol» y «Obra Pontificia de la Unión Misionera»), constituyen una única institución y tienen una misión fundamental que las une: promover el espíritu misionero universal en todo el Pueblo de Dios que es la Iglesia.
Este año el lugar de encuentro de la Asamblea es excepcional, con ocasión de la inauguración de la casa restaurada donde vivió y murió Pauline Marie Jaricot (1799-1862), fundadora de la Obra Pontificia de Propagación de la Fe –en torno a cuya persona y carisma ha girado la reflexión pastoral de los 120 directores nacionales de las OMP–.
La Obra está hoy presente en 120 países en todos los continentes, y tiene una gran importancia en la Iglesia con su oración por la Misión, sus sacrificios y contribuciones financieras de sus miembros o entregas a través de la misma por los católicos de todo el mundo en el Fondo Universal de Solidaridad.
Después de dedicar las primeras jornadas a cuestiones pastorales, esta semana los trabajos de la asamblea en Lyón se han centrado en los balances económicos, el estudio y la distribución de las aportaciones económicas de las Iglesias particulares a los solicitantes.
El Fondo Universal de Solidaridad ha recibido de las diócesis la cantidad de 193.656.477$ para atender la solicitud de cerca de 10.000 proyectos pastorales.
La distribución de las aportaciones de los fieles se hace entre subsidios ordinarios (mantenimiento ordinario de las 1.069 circunscripciones eclesiásticas en los territorios de misión) y extraordinarios, que responden a aquellas peticiones puntuales para las construcciones de sedes pastorales y la formación de sus fieles.
La mayor parte de las ayudas son canalizadas por la Obra de la Propagación de la Fe (123 millones de dólares); la Obra que atiende las Vocaciones nativas ha recibido cerca de 50 millones; e Infancia Misionera ha distribuido para atender a la infancia unos 20 millones de dólares, explican las OMP de España.
De hecho, este país ha sido felicitado por el incremento en la aportación. Y es que desde España se han puesto a disposición de las Obras Misionales Pontificias de Roma 18 millones de euros (unos 23 millones de dólares). Se trata del segundo país que más ha aportado, después de los Estados Unidos.
En la distribución de las ayudas este año ha habido una especial atención para los países que han sufrido los efectos del «tsunami». En estos países, que han recibido muchas ayudas de organizaciones para atender sus necesidades, se requería también un esfuerzo especial para hacer llegar apoyo para la reconstrucción de los locales y centros de culto, igualmente destruidos por la catástrofe.