CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 23 mayo 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI desea que la antigua república yugoslava de Macedonia pueda contribuir en la nueva Europa con su espiritualidad cristiana.
El pontífice formuló su auspició este lunes al recibir en audiencia a Vlado Buchkovski, primer ministro del país balcánico, quien vino en peregrinación para visitar la tumba en Roma de san Cirilo, quien junto a su hermano Metodio, fueron los apóstoles de los pueblos eslavos.
El obispo de Roma aseguró que reza para que este país «se abra con confianza a Europa, contribuyendo así significativamente a construir su futuro, inspirado en vuestro incalculable patrimonio religioso y cultural».
La actividad de los dos santos de Salónico (Grecia) «echó los cimientos de una auténtica cultura cristiana, y al mismo tiempo dio pasos para crear las condiciones para una paz entre las diferentes poblaciones», reconoció Benedicto XVI.
«Estos valores de paz y fraternidad, que defendieron estos santos patronos de Europa, junto a san Benito, siguen siendo elementos indispensables para construir comunidades de solidaridad, abiertas al progreso humano integral, respetando la dignidad de cada ser humano y de toda la familia humana», aseguró el Papa.
«Estoy convencido de que el camino para promover una sociedad verdaderamente atenta al bien común pasa por buscar en el Evangelio las raíces de los valores compartidos, como lo demuestra la experiencia de los santos Cirilo y Metodio», añadió.
«Este es el ardiente deseo de la Iglesia católica, que no tiene otro interés que el de anunciar y dar testimonio de las palabras de esperanza y amor de Jesucristo, palabras de vida que durante siglos han inspirado a muchos mártires y confesores de la fe», subrayó.
La antigua república yugoslava de Macedonia, independiente desde 1991, tiene dos millones de habitantes, de los cuales un 79% es ortodoxo y un 29% es musulmán. Los católicos son unos 15.000, distribuidos en dos diócesis y siete parroquias.
