CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 25 mayo 2005 (ZENIT.org).- Incluso en los peores momentos, Dios siempre se inclina con amor, constató Benedicto XVI en la audiencia general de este miércoles.
El Santo Padre hizo de su meditación una acción de gracias al reflexionar sobre el Salmo 115, que plantea la pregunta: «¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?».
Ante unas 27.000 personas congregadas en la plaza de San Pedro del Vaticano, a las que saludó desde su jeep blanco descubierto, el obispo de Roma continuó con la serie de catequesis sobre los cánticos y salmos que la Iglesia reza en la Liturgia de las Vísperas, oración del anochecer.
Esta acción de gracias planteada por la pregunta del salmo, reconoció, surge cuando el ser humano es «consciente de que incluso cuando se acerca la muerte, el Señor se inclina sobre él con amor».
«Dios no es indiferente al drama de su criatura, sino que rompe sus cadenas», aseguró.
Dejando a un lado los papeles, afirmó que «en realidad Cristo es el primer mártir. Dio su vida en un contexto de odio y de falsedad, pero transformó esta Pasión así como este contexto en la Eucaristía, en una fiesta de acción de gracias».
Por eso, siguió diciendo, el creyente, «salvado de la muerte se siente «siervo» del Señor», perteneciente «a la casa de Dios, a la familia de las criaturas unidas a él en el amor y en la fidelidad».
Benedicto XVI, que basó su intervención en los textos que ya había preparado Juan Pablo II para estos encuentros semanales con los fieles, concluyó respondiendo con palabras de san Basilio el Grande (329-379) a la pregunta que planteaba el salmo «¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?».
«No quiere sacrificios ni holocaustos, sino toda mi vida», decía el padre de la Iglesia, arzobispo de Cesarea, es decir, «los sufrimientos en el combate espiritual, en la resistencia ante el pecado hasta la muerte».
Al final de la audiencia, el Papa invitó en varios idiomas a los fieles a participar en la misa y que presidirá este jueves, día del Corpus Christi, a partir de las 19.00, en la Basílica de San Juan de Letrán.
A continuación, el Papa participará en la procesión que concluirá en la Basílica de Santa María la Mayor.
«Os invito a todos a participar en dicha celebración, para expresar juntos la fe en Cristo, presente en la Eucaristía», dijo hablando en castellano.
Es posible leer las intervenciones de Benedicto XVI y de Juan Pablo II sobre los salmos y cánticos de la Liturgia de las Horas en la página sección «Audiencia del miércoles» de la página web de Zenit (www.zenit.org).