CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 15 junio 2005 (ZENIT.org).- El próximo 28 de junio el Papa Benedicto XVI presentará el «Compendio» del Catecismo de la Iglesia Católica preparado por una comisión especial, presidida por el entonces cardenal Joseph Ratzinger.
La noticia fue confirmada por Joaquín Navarro-Valls, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, este miércoles en un comunicado de prensa.
La presentación tendrá lugar en una solemne celebración litúrgica en presencia del Papa.
El Catecismo de la Iglesia Católica se publicó el 7 de diciembre de 1992 por disposición de Juan Pablo II, quien lo presentó como «texto de referencia seguro y auténtico».
Por petición del Congreso Catequístico Internacional de 2002, el Santo Padre instituyó en 2003 una comisión especial presidida por el cardenal Ratzinger «con la tarea de elaborar un Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, con una formulación más sintética y dialogística de los contenidos de la fe y de la moral católica», explica el director de la Sala de Prensa.
El Compendio se comenzará a difundir a partir del próximo 29 de junio de 2005, en la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, añade el comunicado.
«Cuarenta años después de la conclusión del Concilio Vaticano II y en el corazón del Año de la Eucaristía, el Compendio representa un precioso instrumento para satisfacer el hambre de verdad que toda persona, de cualquier edad o condición, experimenta», indica la nota de prensa.
El texto del Compendio será publicado por la Librería Editora Vaticana, en coedición con las Ediciones San Paolo, que se encargarán de la difusión en Italia. La labor de traducción y edición en las diversas lenguas dependerá de las conferencias episcopales.
En una entrevista concedida a Gianni Cardinale, periodista de la revista «30 Giorni», en la edición de abril de 2003, el cardenal Ratzinger respondió las críticas a la redacción de un catecismo por parte de ambientes en los que «se da una cierta oposición a todo intento de «cristalizar» en palabras una doctrina, en nombre de la flexibilidad, además se da un cierto antidogmatismo en muchos corazones».
«El movimiento catequístico postconciliar acentuó el aspecto antropológico de la cuestión y ha creído que un catecismo, si es demasiado doctrinal, sería de impedimento al necesario diálogo con el hombre de hoy», indicó.
«Nosotros estamos convencidos de lo contrario –aclaró el entonces cardenal–. Para dialogar bien es necesario saber de qué tenemos que hablar. Es necesario conocer la esencia de nuestra fe. Por este motivo, hoy es más necesario que nunca un catecismo».
