NUEVA DELHI, martes, 21 junio 2005 (ZENIT.org).- La Conferencia de los Obispos Católicos de la India (CBCI) urge al gobierno central y a los gobiernos de los Estados que forman el país a que actúen, visto el reciente brote de violencia contra la Iglesia y su personal.
En un comunicado del sábado firmado por el secretario general del episcopado indio –monseñor Percival Fernandes—, el organismo hace un llamamiento encarecido a quienes deben custodiar la ley a fin de que se investiguen «los incidentes de violencia contra la Iglesia en la India».
Se les pide igualmente que «adopten acciones adecuadas hacia los culpables que han estado destruyendo iglesias, atacando físicamente a religiosas e intimidando a muchos otros».
«Sólo en este mes –denuncia el comunicado— ha habido al menos cinco ataques de importancia contra iglesias e instituciones cristianas en la India».
Enumera que algunos desconocidos «desacralizaron la iglesia de la Santísima Trinidad y del Niño Jesús en Jabalpur –en Madhya Pradesh–» y que fueron «atacados dos conventos en Bettiah –en Bihar— el 9 de junio, hiriendo seriamente a religiosas y saqueando sus pertenencias».
«En otro incidente, el convento de las Hermanas de la Caridad de Nazaret en Sokho –en la diócesis de Bhagalpur— fue atacado hace una semana», prosigue.
«En un incidente más, tres misioneros cristianos de los Estados Unidos que participaban en una oración en Mumbai fueron asaltados por un grupo de aproximadamente 50 personas el 10 de junio», denuncia también el comunicado.
«Estos sucesos de violencia contra la Iglesia nos preocupan enormemente –dice el texto del episcopado indio— pues reflejan una pauta de acción contra una comunidad, especialmente su grupo más indefenso, las religiosas».
«Los lugares de culto y las personas consagradas siembre han sido respetadas en este país y es muy lamentable que estas nobles costumbres estén perdiendo su preeminencia en nuestra sociedad contemporánea», expresan los obispos.
Por todo lo anterior, urgen «al gobierno central y a los gobiernos de los Estados» de la India «a adoptar acciones rápidas y eficaces respecto a los involucrados en estos sucesos y a llevar justicia a las personas afectadas, de forma que las minorías religiosas, especialmente las mujeres consagradas, se sientan a salvo» en el país.
«Los gobiernos elegidos democráticamente deben actuar para proteger la integridad y la seguridad de sus ciudadanos, y los organismos encargados de hacer cumplir la ley tienen el deber de comprobar que la justicia se haga en todos los sectores de la sociedad», concluyen.
