KÖNIGSTEIN (Alemania), lunes, 19 septiembre 2005 (ZENIT.org).- Las Olimpiadas en China podrían representar un giro decisivo para la libertad religiosa, en un país en el que los cristianos viven bajo la permanente amenaza de largas condenas de cárcel, indica un informe publicado por la obra de derecho pontificio «Ayuda a la Iglesia Necesitada».
El informe se basa en las declaraciones de un obispo de Hong Kong, quien subraya que los Juegos de 2008 podrían contribuir a dar el ánimo que tanto necesitan a los fieles chinos perseguidos.
Si, por un lado, se pone en guardia a los fieles para que no depositen demasiadas esperanzas en el evento, el obispo John Tong afirma que «ser anfitrión de los Juegos Olímpicos de 2008 puede dar a China una mayor apertura». «Esperaría un poco más de tolerancia religiosa», añade el obispo auxiliar de Hong Kong.
En la entrevista, concedida en la sede de «Ayuda a la Iglesia Necesitada», el obispo añade: «Actualmente incluso muchos miembros del Partido en China no creen ya en el comunismo sino más bien en el dinero y en sí mismos».
Monseñor Tong expresó esta opinión justo cuando la Unión Europea exhorta al Gobierno chino a poner fin a la opresión religiosa.
Ante las inminentes conversaciones China-Unión Europea, sobre derechos humanos, el Parlamento de la Unión ha exhortado a China a que acabe con sus duras sanciones a las actividades religiosas, cuyos castigos incluyen arrestos domiciliarios, cárcel y demolición de los edificios religiosos.
Las perspectivas para la libertad religiosa en el país siguen siendo inciertas, y existe confusión sobre la posibilidad de que cuatro obispos chinos puedan obtener el permiso de participar en el Sínodo de los Obispos, a celebrarse en octubre en Roma.
Uno de los delegados, el obispo Joseph Wei Jingyi de Qiqiher, pertenece a la Iglesia clandestina, cuya jerarquía normalmente no es reconocida por el Gobierno.
Un portavoz del Gobierno chino reconoció que la Iglesia Católica oficial ha expresado «disgusto» por la invitación que el Papa Benedicto XVI ha dirigido a los cuatro obispos para que participen en el Sínodo sobre la Eucaristía.
Los informes indican sin embargo que el portavoz en cuestión no representa todos los puntos de vista de la Iglesia oficial en su conjunto, lo que hace esperar en una participación de la delegación china en el Sínodo.
La controversia gira en torno a las voces según las cuales la Iglesia oficial china no habría sido consultada antes de que el Papa extendiese las invitaciones.
El obispo Tong opina que si se les permitiera participar a los obispos se trataría de un paso adelante. Aunque sólo uno o dos de ellos pudieran viajar a Roma, añade, sería una señal de progreso.
Afirma que, desde que el Reino Unido restituyó Hong Kong a China, en 1997, se ha registrado un aumento de la actividad misionera, y comenta que las perspectivas de la evangelización en Hong Kong son «más bien optimistas», dado que en los últimos años se registran cerca de cuatro mil bautismos al año, de los cuales dos mil son de adultos.