CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 5 febrero 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI rindió tributo a la obra evangelizadora, con frecuencia escondida, de millones de mujeres al visitar este domingo la parroquia del Vaticano, dedicada a santa Ana.
En la homilía de la misa, que en algunos pasajes pronunció dejando a un lado los papeles, el Santo Padre comentó la pintura que se encuentra sobre el altar de la Iglesia, en la que aparece santa Ana explicando a la Virgen María, su hija, las Sagradas Escrituras.
«Las mujeres son también las primeras portadoras de la palabra de Dios del Evangelio, son auténticas evangelistas», explicó en referencia a la labor que realizan tantas madres, abuelas, o mujeres comprometidas en las diferentes profesiones o en el servicio de comunidades parroquiales.
El obispo de Roma aprovechó la oportunidad para pronunciar «un sentido gracias a todas las mujeres» «que nos ayudan siempre de nuevo a conocer la palabra de Dios, no sólo con la inteligencia, sino también con el corazón».
Dieron la bienvenida al Papa su vicario general para la Ciudad del Vaticano, el arzobispo Angelo Comastri, y el párroco, el padre agustino Gioele Schiavella.
El territorio de la parroquia de santa Ana comprende las más de cuatro hectáreas del Estado de la Ciudad del Vaticano y tiene unos 500 feligreses. La atención pastoral está confiada a los agustinos.
