CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI celebró este jueves los 25 años de uno de los sueños hechos realidad de Juan Pablo II, un Instituto universitario dedicado al estudio del matrimonio y la familia.
Al recibir en audiencia a los profesores, alumnos y antiguos alumnos en el Vaticano el mismo Papa recordó el atentado que el 13 de mayo de 1981, que pudo haber truncado este sueño de Karol Wojtyla.
En ese día, rememoró, «sufrió el conocido grave atentado durante la audiencia en la que debería haber anunciado la creación de vuestro Instituto».
Para celebrar este aniversario, el Instituto ha organizado en estos días un congreso que tiene por tema «La herencia de Juan Pablo II sobre el matrimonio y la familia: amar el amor humano».
El Papa Joseph Ratzinger, quien pudo conocer como pocos las esperanzas que su predecesor depositó en esta iniciativa, explicó que este Instituto una sola personalidad en el mundo, aunque sedes distribuidas por los cinco continentes, «con el objetivo de poder ofrecer una reflexión que muestre la riqueza de la única verdad en la pluralidad de las culturas».
El Instituto tiene su sede central en Roma, en la Universidad Pontificia Lateranense, y está presente en Estados Unidos (Washington), en España (Valencia), en México (México D.F. y Guadalajara), en Brasil (Salvador de Bahía), en Benín (Cotonou) y en la India (Changanacherry), en Melbourne (Australia) y en Gaming (Austria).
El trabajo en los diferentes puntos del globo terráqueo, reconoció el Papa, «puede mostrar cómo el don de la creación vivido en las diferentes culturas ha sido elevado a gracia de redención por Cristo».
El nuevo presidente del Instituto es el sacerdote italiano monseñor Livio Melina, prestigioso profesor de Teología moral fundamental. Fue el primer alumno en presentar una tesis de doctorado en el Instituto, en presencia del entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El Instituto ofrece actualmente cursos de licencia en Teología del Matrimonio y de la Familia; doctorado en Teología con especialización en Teología del Matrimonio y de la Familia; máster en Ciencias del Matrimonio y de la Familia; máster en Bioética y Formación.
El Papa ofreció al instituto una tarea en particular: iluminar con su trabajo investigativo «la verdad del amor como camino de plenitud para toda forma de existencia humana».
«El gran desafío de la nueva evangelización, que Juan Pablo II propuso con tanto empuje, tiene necesidad de ser apoyada con una reflexión auténticamente profunda sobre el amor humano, pues este amor es un camino privilegiado que Dios ha escogido para revelarse al mundo», dijo.
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