VIENA, miércoles, 3 mayo 2006 (ZENIT.org).- El presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz advierte de que también en los países democráticos y liberales el derecho a la libertad religiosa no siempre es respetado en la sustancia.

El cardenal Renato Martino hizo oír su alerta durante el discurso --«Religión en el espacio público: libertad religiosa en la nueva Europa»-- que pronunció el jueves en la Academia Diplomática de Viena.

Con la cita concluía el itinerario que le llevó los días previos a Croacia, Hungría y finalmente a Austria para presentar el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, un volumen sin precedentes que publicó su dicasterio en 2004 y que hace más de un año él mismo presenta en numerosas naciones de los cinco continentes.

A su paso por Viena, el purpurado afirmó que la neutralidad ideológica del Estado de Derecho no debe confundirse con su presunta neutralidad ética, con el riesgo del predominio de los más fuertes sobre los débiles y de los intereses particulares sobre el bien común.

Según el comunicado enviado por el dicasterio a Zenit, el purpurado denunció que también en los países democráticos y liberales el derecho a la libertad religiosa no es siempre respetado en la sustancia.

Y reafirmó que «la libertad de religión es la garantía primaria para que los derechos humanos no sean colocados sobre la arena de la convención, sino sobre la roca del fundamento trascendente».

De ahí que el respeto, por parte del Estado, del derecho a la libertad de religión sea señal del respeto de los demás derechos fundamentales, en cuanto que se trata de un reconocimiento implícito de la existencia de un orden que supera la dimensión política de la existencia, aclaró el cardenal Martino.

El purpurado rechazó una concepción de la laicidad que excluya la religión de la vida pública relegándola a hecho puramente privado.

«Un régimen político auténticamente laico --puntualizó-- acepta tanto que los cristianos actúen como tales en la sociedad sin camuflarse» como personas sin credo, como «que la Iglesia manifieste sus propias valoraciones sobre las grandes cuestiones éticas en juego».

Y ello es un interés de la propia política, pues si ésta pretende vivir como si Dios no existiera, al final se aridece y pierde la conciencia propia de la intangibilidad de la dignidad humana, concluyó.

Previamente, el purpurado se había reunido con el presidente austriaco, Heinz Fischer, y el del presidente del Parlamento, Andreas Khol.

Obispos de Chile concluyen su asamblea con un llamado a tratar los temas urgentes para el país

SANTIAGO, miércoles, 3 mayo 2006 (ZENIT.org).- Al concluir la 91ª Asamblea Plenaria, el Episcopado chileno estableció al menos cuatro ámbitos que considera urgentes que el país siga desarrollando: el compromiso con el auténtico humanismo integral, la situación del mundo agrícola, el desafío de los pueblos originarios y la construcción de un país en paz y justicia.