Respecto a la Ley Orgánica de Educación (LOE), recientemente aprobada por el Gobierno, sostuvo que es insatisfactoria y expresó su deseo de que se puedan introducir algunas mejoras durante su desarrollo.
En relación con el proceso abierto tras el alto el fuego de ETA, el obispo de Bilbao mantuvo que este proceso debe conllevar que «ETA deje de extorsionar y de matar, que dejen las armas y que todos los ciudadanos vascos puedan vivir en paz y sin miedo».
Más que una «mediación», palabra que monseñor Blázquez calificó como «altisonante», el prelado dijo que la postura de la Iglesia que es conocida es «contribuir pastoralmente en todo lo que podamos en la gran tarea de la paz o en la pacificación, como se quiera llamar».
«En ello nos han tenido y nos siguen teniendo. Hay muchas heridas abiertas porque han muerto muchas personas y también hay muchas familias que están sufriendo. Por ello, nos movemos en dialogar con las víctimas con las que quieren, porque no todas lo desean, y gracias a Dios algunas ya han perdonado», añadió.
En este sentido valoró el perdón como «una categoría cristiana que tiene consecuencias de carácter social» y manifestó la necesidad de «que se pida perdón, que se ofrezca y se reciba, para que se pueda llegar a una reconciliación más amplia y profunda en la sociedad».
El presidente de la CEE también se refirió a la familia con motivo del próximo Encuentro Mundial que tendrá lugar en Valencia en julio y manifestó que es «un signo de contradicción» en la sociedad española, ya que según las encuestas es estimada por los jóvenes pero al mismo tiempo hay situaciones que la afectan negativamente como la Ley de Matrimonio Homosexual, el llamado «divorcio express», y la Ley de Técnicas de Reproducción Humana Asistida.
Sin embargo, la familia «es una necesidad vital y uno de los pilares en los que descansa la persona y también la sociedad y la Iglesia, que sin la familia queda desarraigada».