ROMA, martes, 23 mayo 2006 (ZENIT.org).- La presentación del libro en italiano «Milagros eucarísticos. Tesoros escondidos» (“Miracoli eucaristici. Tesori nascosti”, Ediciones ART), a cargo de Rafael Pascual, LC, y Gianluca Casagrande, que tuvo lugar el 18 de mayo en el Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum», fue una ocasión para reflexionar sobre el papel de la eucaristía en la catequesis de los cristianos.
En la inauguración, Giuseppina Sciascia, vaticanista de RAI International, afirmó que, «cuando todavía no existía la máquina fotográfica y no había sido inventada la imprenta, existía una gran atención de los pintores, desde Leonardo a Rafael, pero también de artistas menores, por los milagros eucarísticos».
«La historia de la Eucaristía y de los milagros inherentes está salpicada de manifestaciones de fe en la existencia del cuerpo y sangre de Cristo, en las hostias y en las herejías que niegan esta verdad», explicó la vaticanista de la RAI.
«Cuántas veces el Señor se ha mostrado, desde Bolsena a Lanciano, justo en el momento en el que el celebrante tenía alguna duda en el momento de la consagración», añadió.
A las preguntas y a las dudas que todavía hoy recorren la conciencia de los creyentes, trató de responder monseñor Raffaello Martinelli, funcionario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y antes miembro de la comisión que redactó el compendio del Catecismo de la Iglesia Católica.
Monseñor Martinelli precisó que «nuestra fe no está fundada en los milagros eucarísticos» y ni siquiera existe «una obligación para los cristianos de creer en los milagros eucarísticos», pero no hay que ocultar que «la eucaristía es el verdadero e inextinguible milagro cotidiano».
Según monseñor Martinelli, «los milagros eucarísticos pueden ayudar a conocer y vivir la fe, que tiene su centro en Cristo y en Cristo-Eucaristía».
«Los milagros eucarísticos –subrayó– pueden invitar, apremiar a conocer, apreciar y amar la eucaristía. Pueden ayudar a la persona a redescubrir el carácter de misterio, la belleza y la riqueza de la eucaristía», que como dice el «Compendio» del Catecismo «es fuente y cumbre de toda la vida cristiana».
El Congreso concluyó con la ponencia de sor Giovanna De Gregorio, de las Hermanas Crucificadas Adoratrices de la Eucaristía, secretaria diocesana de la Unión de Superioras Mayores (USMI).
Sor Giovanna contó la historia de sor María de la Pasión (Maria Grazia Tarallo, 1866-1912), beatificada en Nápoles el 14 de mayo pasado, quien como indican las Constituciones de su congregación religiosa trató de «revivir los estados de ánimo de Jesús eucarístico».
«Al pié del altar –subrayó sor Giovanna– abrazamos a Cristo sufriente en los pobres, en los desheredados, en los enfermos en los encarcelados…».
Junto a la presentación del libro, fue anunciada la muestra sobre los milagros eucarísticos (a cargo del Instituto San Clemente I Papa y Mártir), del 18 al 27 de mayo, y situada en la misma planta del Auditorio del Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum».