CRACOVIA, martes, 30 mayo 2006 (ZENIT.org).- «Hombre de trabajo y también de pluma. Escribía mucho»: así recuerda el cardenal Stanislaw Dziwisz a Juan Pablo II, confirmando que son «montones» los escritos personales del Papa polaco.
Su traslado desde Roma al frente de la archidiócesis polaca ha supuesto también la llegada de numerosos documentos privados de Juan Pablo II, quien había indicado en su testamento que se quemaran.
Fue durante un encuentro en el palacio arzobispal, recién concluido el viaje de cuatro días que ha realizado Benedicto XVI a tierras polacas tras las huellas de su predecesor.
Éste «era un hombre alegre, siempre familiar, pero serio. No escribía cosas con la idea de que pudieran ser quemadas: hacerlo sería algo verdaderamente incomprensible», afirmó el cardenal Dziwisz.
Los paquetes de documentos han sido examinados en el contexto de la causa de beatificación del siervo de Dios Juan Pablo II.
En el futuro deberían ser confiados a un grupo de expertos, y es probable que se recojan en el nuevo Centro Juan Pablo II de Cracovia, apunta el citado portal juvenil.
El sábado pasado, al término del multitudinario encuentro que celebró con los jóvenes en el Parque de Blonie, Benedicto XVI bendijo la primera piedra de este centro. La cita fue en el lugar donde Juan Pablo II reunía a muchedumbres de polacos cuando regresaba a la ciudad de la que había sido arzobispo.
El futuro complejo «no será sólo un museo; ciertamente deberá haber recuerdos del Papa, pero queremos sobre todo difundir cuanto hizo, desde la defensa de los derechos humanos a la vida, desde el compromiso por la paz al diálogo interreligioso. Es importante no olvidar su herencia y evitar encerrarla en museos o bibliotecas», explicó el arzobispo Dziwisz.
Por el momento se desconoce en qué medida pasarán a formar parte de este proyecto los documentos personales de Juan Pablo II.
El interés de algunos es indudable, por ejemplo, la carta que escribió al terrorista turco Mehmet Alí Agca tras el atentado de 1981. Jamás enviada, la misiva «es un texto maravilloso, y en un futuro tal vez será posible mostrarla para permitir comprender cómo juzgaba el Papa aquellos acontecimientos», apuntó el purpurado.
«Una frase que en particular me ha impresionado --admitió el cardenal Dziwisz-- es la que Juan Pablo II escribió: “Hermano mío, ¿cómo podemos presentarnos ante el Señor si no perdonamos recíprocamente nuestras culpas?”».
El proceso de beatificación hará que emerja «la grandeza de su personalidad», añadió.
«También yo he comprendido más su altura moral y también doctrinal», confirmó el arzobispo de Cracovia.
Son las mismas percepciones que se han vivido en la visita de Benedicto XVI a Polonia. «Le hemos sentido cercano»; «hemos tenido una gran experiencia de Iglesia universal con el Pedro que Dios nos da, independientemente del hecho de que sea originario de Cracovia, de Baviera o de cualquier otro lugar», constató el cardenal Dziwisz.
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May 30, 2006 00:00