El ataque contra las cuatro religiosas se produjo durante la visita semanal de éstas a un hospital de la ciudad-santuario hindú de Tirupati, informó el viernes pasado la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews».
Se encontraban en el interior del hospital gubernamental de Ruia, donde acostumbran pasar tiempo con los enfermos terminales de Sida.
Entonces un grupo de cerca de medio centenar de fanáticos del Hindu Dharma Parirakshana Samithi (grupo para la defensa de la religión hindú) entró a la fuerza en el centro sanitario y bloqueó a las misioneras acusándolas de encontrarse allí para convertir a los moribundos.
Rápidamente aumentó la multitud hasta trescientas personas; ello obligó a las religiosas a permanecer encerradas en el hospital hasta las 20.30 horas, momento en que llegaron los agentes de la seguridad pública, quienes las llevaron a la comisaría local.
El arzobispo metropolita de Hyderabad, monseñor Marampudi Joji, ha confirmado a la agencia del PIME que las religiosas tienen permiso del gobierno para estas visitas, «que han llevado a cabo cada domingo en los últimos veinte años».
«Las hermanas, de acuerdo con la administración hospitalaria, acogen a los moribundos en sus casas, donde pueden morir rodeados de dignidad y amor», añadió.
El prelado, en cuanto tuvo conocimiento del suceso sufrido por las misioneras de la Caridad, llamó inmediatamente al ministro en Jefe --Y.S. Rajasekhara Reddy— y al director general de la policía --S. Sen--, ambos cristianos. «Se apresuraron hacia la prisión, de donde logramos excarcelarlas a las 22.30 horas».
«Las religiosas estaban aterrorizadas; temblaban por la atmósfera de intimidación que había en aquella comisaría –lamentó el prelado--. Los agentes hasta ignoraron la orden de la Corte Suprema que les impone no obligar a mujeres a la custodia cautelar entre el atardecer y el alba».
En cualquier caso ha considerado oportuno recalcar que en Andra Pradesh no hay en vigor ninguna ley anti-conversión y que la Constitución de la India garantiza la libertad religiosa.
«Como cristianos perdonamos a los agresores, pero como arzobispo metropolita tengo el deber de proteger la fe y a quien es su testigo. Por esto he pedido al ministro en Jefe que investigue esta barbarie y detenga a quien la ha cometido», apuntó.
Por su parte el arzobispo –de Agra-- Oswald Gracias, presidente de la Comisión de Comunicaciones Sociales de la Conferencia de los Obispos Católicos de la India (CBCI), declaró a la agencia del PIME: «El ataque es un hecho trágico que convulsiona a la comunidad india y debe ser condenado con fuerza».
Para percatarse de su gravedad, en su opinión basta con tener en cuenta que «estas religiosas son conocidas por su altruismo y por la dedicación con la que sirven a los pobres».
En cuanto a las acusaciones de conversión, «son totalmente infundadas», confirma monseñor Gracias.
«Quiero subrayar que ninguna congregación religiosa es condescendiente con las conversiones, y las religiosas de la Madre Teresa, más aún, son conocidas por su actividad exclusivamente social. No hay posibilidad alguna de malentendido en este punto», expresó.
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Jul 03, 2006 00:00