INTROD, miércoles, 26 julio 2006 (ZENIT.org).- Desde los Alpes italianos, donde está terminando su período de vacaciones, Benedicto XVI ha manifestado la esperanza de que la Conferencia Internacional, que este miércoles se celebró en Roma, ponga las condiciones para el final de la violencia en Oriente Medio.
Este martes por la tarde, al regresar a su residencia en Les Combes, tras una excursión a la montaña, confió a los periodistas: «Me parece que algo se está moviendo en este momento. Veo que las oraciones no son inútiles».
«Ahora recemos intensamente para que esta conferencia de Roma traiga realmente los frutos y los resultados concretos para la paz y también la solución de los problemas».
«Espero que se vaya hasta la raíz, encontrando soluciones estables y duraderas», afirmó el pontífice, según se ha podido escuchar a través de «Radio Vaticano»
En su excursión, el Papa realizó una breve visita al santuario mariano de Notre-Dame de la Guérison, a los pies del Mont Blanc, y se detuvo unos momentos en oración silenciosa junto al altar.
Después, dirigiéndose a los pocos y obviamente sorprendidos fieles, presentes en ese momento en el santuario –no sabían que el Santo Padre visitaría el templo–, les invitó a unirse a su oración por la paz, recitando con ellos las letanías de la Virgen, según informa Salvatore Mazza, enviado especial de «Avvenire».
Este martes por la tarde, la Oficina de Prensa vaticana comunicó que la Santa Sede había sido invitada oficialmente a participar como observador en la conferencia internacional para el Líbano.
La delegación vaticana ha estado encabezada por el arzobispo Giovanni Lajolo, secretario para las Relaciones con los Estados. Le acompañaron como miembros de la delegación los consejeros monseñores Franco Coppola y Alberto Ortega Martín.