Benedicto XVI reza por el uso responsable de los medios de comunicación

Intenciones para el mes de septiembre

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 31 agosto 2006 (ZENIT.org).- Durante el mes de septiembre Benedicto XVI orará especialmente por la responsabilidad en la utilización de los medios de comunicación social.

Así lo anuncia el Apostolado de la Oración, una iniciativa -que siguen unos 50 millones de personas de los cinco continentes- a través de la cual laicos, religiosos, sacerdotes y obispos del mundo entero ofrecen sus oraciones y sacrificios por las intenciones que el Papa indica cada mes a nivel universal.

La intención general para el mes de septiembre dice así: «Para que cuantos utilizan los medios de comunicación social, lo hagan siempre con conciencia y responsabilidad».

Al comentar esta intención, el Apostolado de la Oración explica que «una reflexión atenta sobre la dimensión ética de las comunicaciones debe desembocar en iniciativas prácticas orientadas a eliminar los peligros para el bienestar de la familia planteados por los medios de comunicación social, y asegurar que esos poderosos medios de comunicación sigan siendo auténticas fuentes de enriquecimiento».

«A este respecto –sugiere–, tienen una responsabilidad especial los agentes de la comunicación, las autoridades públicas y los padres».

Además, el Santo Padre ofrece sus oraciones y sacrificios todos los meses por una intención misionera, que en esta ocasión es: «para que en los territorios de misión todo el Pueblo de Dios considere como prioridad personal su formación permanente».

La Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos ha solicitado el comentario de la intención misionera al arzobispo de Cebu (Filipinas), el cardenal Ricardo Jamin Vidal.

Hace hincapié el purpurado en la importancia de cuanto enuncia la intención tanto para misioneros como para el resto del Pueblo de Dios.

A los primeros, el celo misionero les lleva «a compartir la fe con los demás en la esperanza de conducir a todos los hombres y mujeres a Cristo», pero «son conscientes –apunta el cardenal Vidal- de que la manera auténtica de proclamar el Evangelio es vivirlo en su propia vida y convertirse así en testigos vivos del Señor Resucitado».

De ahí que los misioneros deben «estar movidos» principalmente «por el impulso de profundizar en su relación con el Señor», subraya.

También por su parte el Pueblo de Dios en los territorios de misión «debe ser consciente de esta necesidad de conocer más al Señor y de tener una relación más estrecha con Él», prosigue el arzobispo filipino.

Y es que, si se siguen las dinámicas de la semilla de la fe presente en cada corazón, se va hacia una intimidad cada vez más profunda con el Señor.

«Ésta es, en síntesis, la formación permanente, un proceso según el cual los misioneros son invitados, pero también llamados, a pasar un momento de silencio con el Señor, como hicieron sus discípulos en aquel tiempo», aclara el cardenal Vidal.

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ZENIT Staff

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