POSO, lunes, 18 septiembre 2006 (ZENIT.org).- La defensa de los tres católicos indonesios condenados a muerte -en un proceso judicial marcadamente irregular- va a llevar el caso al Tribunal Penal Internacional.
Fabianus Tibo, Dominggus da Silva y Marinus Riwu fueron declarados implicados en la masacre de 200 musulmanes en Poso (en las islas Sulawesi, Indonesia) durante los choques interreligiosos de 2000, año en que fueron arrestados. Al año siguiente, fueron condenados a muerte. En conjunto, los sangrientos enfrentamientos de Poso -entre 1998 a 2001- entre cristianos y musulmanes costaron la vida a más de dos mil personas.
Desde la citada sentencia, se vienen sucediendo aplazamientos de su ejecución, el último el 12 de agosto. Se suman constantemente, además, llamamientos de todo el mundo a favor de los tres católicos, junto a las denuncias por la injusticia de un proceso judicial que puede terminar llevándoles a la muerte.
El pasado 11 de agosto la Oficina de Prensa de la Santa Sede hizo pública la intervención del Santo Padre ante el presidente de Indonesia por un gesto de clemencia a favor de los tres condenados a la pena capital.
En numerosas ocasiones ha prestando su voz a los detenidos la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME) «AsiaNews.it», insistiendo en que el proceso seguido contra ellos ha estado marcado por intimidaciones a gran escala de extremistas islámicos y en que los jueces no han prestado atención a los testigos de la defensa, exculpatorios de los cargos que se imputan a los tres católicos.
El presidente del «Padma» -Peter Selestianus SH- (una agrupación interreligiosa de abogados que defiende a los tres católicos) anunció el viernes en la capital indonesia que se presentará el caso de sus tres defendidos ante el Tribunal Penal Internacional, como está previsto por una convención de derechos humanos ratificada por Yakarta.
Se busca así garantizar el derecho de los tres detenidos a la vida y «arrojar luz sobre las injusticias que ocurren en los procesos indonesios», confirmó «AsiaNews.it». De acuerdo con Selestianus, será Muchtar Pakpahan SH quien lleve el mensaje del «Padma» al Tribunal.
«La condena a muerte de los tres católicos va contra la humanidad, y representa un enorme abuso de los derechos humanos. El Tribunal Penal Internacional tiene autoridad para revisar el veredicto», considera el abogado.
Mientras, crecen en el país los rumores –alerta la agencia del PIME- de una ejecución inminente.
Por su parte, un grupo de personalidades musulmanas –que han participado en el reciente encuentro interreligiosos promovido en Asís (Italia) por la Comunidad de San Egidio- han sumado su voz a peticiones de todo el mundo y han escrito una carta al presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono a favor de los tres condenados.
Se trata del ayatolá iraní Muhammad Ali Taskhiri, del juez El Halabi Abbas, de Mohammad Sammak –consejero político del gran mufti de Líbano- y del también libanés Saoud El Maolua –de la «Fundación Shamseddine para el Diálogo»-.
Todos ellos piden que se verifique un gesto de clemencia a fin de probar «una vez más que la justicia es un principio fundamental en el islam» (la Comunidad de San Egidio ofrece el texto original de la misiva en el enlace http://www.santegidio.org/news/attualita/2006/0914_indonesia_IT.htm)
Indonesia es el mayor país musulmán del mundo: el 90% de sus 245 millones de habitantes pertenece a tal credo.