CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 20 septiembre 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pidió este miércoles una solución «justa y pacífica» para la violenta crisis que se ha desencadenado en Hungría.
Se trata de los peores motines que está viviendo el país de Europa del Este tras el derrumbe del comunismo, desde el pasado lunes, en los que han resultado heridas más de doscientas personas, en buena parte agentes de policía.
La crisis fue provocada por la difusión de una grabación, registrada tras las elecciones de abril, en las que resultó vencedor el Partido Socialista, en la que el primer ministro Ferenc Gyurcsany reconocía que el gobierno había mentido durante un año y medio sobre las reales condiciones del país.
«Con preocupación sigo las noticias que llegan desde Hungría», reconoció el Papa al final de la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro con la participación de más de 40.000 personas.
«Pido al Señor que todas las partes encuentren una solución justa y pacífica», añadió.
El Papa encomendó el futuro del país a la intercesión de Sara Salkaházi, religiosa húngara, beatificada este domingo en Budapest, asesinada por haber protegido a judíos durante la segunda guerra mundial.
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Sep 20, 2006 00:00