AYAVIRI, domingo, 7 enero 2007 (ZENIT.org).- Monseñor Kay Martín Schmalhausen Panizo SCV, obispo prelado de Ayaviri, en una de las zonas más pobres del sur andino del Perú, pasó la primera Navidad en su nueva prelatura con una exitosa campaña navideña, denominada «Unamos nuestros corazones», que permitió llevar presentes y anunciar la alegría de la Navidad a dieciocho mil niños.
En la campaña, apoyada por la principal cadena radiofónica del país, Radio Programas del Perú (RPP), cientos de voluntarios de las distintas instituciones civiles y religiosas de Ayaviri, ubicada a cerca de cuatro mil metros sobre el nivel del mar, prepararon regalos y paquetes alimenticios para doce mil niños de los alrededores de la capital de la provincia; además de otros seis mil regalos distribuidos entre los más pobres de la prelatura, que atiende espiritualmente a cerca de un cuarto de millón de católicos.
La jornada fue muy intensa. Los niños al ingresar al Parque del Niño recibían chocolate y bizcocho. Luego disfrutaron de un espectáculo en el que distintos conjuntos musicales resaltaron con sus interpretaciones la alegría de la Navidad.
«El sentido de este esfuerzo es hacer llegar a los más necesitados, a aquellos más semejantes al niño de Belén, el espíritu de la Navidad, que consiste en agradecer a Dios por haberse hecho uno de nosotros y habernos traído con ello la paz y la reconciliación», explicó monseñor Schmalhausen.
El obispo elevó además sus oraciones «por todas las instituciones y personas que han contribuido para que este año, miles de niños de esta zona de los Andes del Perú compartan la alegría de la Navidad».
Decenas de habitantes de Ayaviri agradecieron el apoyo de la RPP y solicitaron públicamente a la emisora radiofónia incluir a monseñor Schmalhausen en la lista de candidatos a «hombre del año», que la emisora proclama a fines de diciembre.
El obispo Schmalhausen ha promovido dos campañas de gran incidencia social en esta prelatura de los Andes de Puno, al sur del Perú.
La población de la Prelatura está en torno a un cuarto de millón de personas dispersas por un agreste territorio de más de treinta mil kilómetros cuadrados.
Al tomar posesión de este terrirorio pastoral monseñor Schmalhausen se comprometió a dar prioridad a los pobres desde un compromiso con el Evangelio de Jesús.
Algunos efectos de este compromiso han sido la campaña de salud recientemente realizada con muchos miles de atenciones hechas por un grupo de unos treinta médicos «misioneros de salud» que participaron en ella con el aliento y gratitud de su pastor.
A ello se suma ahora una campaña de llevar la alegría a los niños de los hogares de los más pobres, con regalos navideños y una adecuada catequesis a su edad.
«Cuando aún no habían sanado las heridas del terrorismo, Puno afrontó sequías y luego inundaciones que han postergado su desarrollo. El 50% de los niños sufre de desnutrición crónica. En promedio, el ingreso familiar mensual es de 219 soles con veinte céntimos. El 90% de la población vive en zonas rurales. El 76% carece de red pública de desagüe. El 21% de la población es analfabeta. La esperanza de vida es siete años menos que el promedio nacional. La frecuencia de neumonía de los niños es de 3,7 veces al año. Menos de 5% de las vías están asfaltadas», explicó «Chema» Salcedo, locutor de la emisora.