Los obispos peruanos piden compromiso por la paz y la justicia

El cardenal Cipriani llamó a cuidar la vida del no nacido

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LIMA, domingo, 7 enero 2007 (ZENIT.org).- Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo y presidente de la Conferencia Episcopal de Perú, en su mensaje de Año Nuevo invitó a los peruanos a «reflexionar sobre el valor sublime de la libertad, don que Dios concedió al hombre y que motivó a muchos hombres y mujeres del Perú a luchar por él y a construir una sociedad que pueda ser realmente libre, en comunión con la ley natural puesta por Dios en el corazón del hombre».

Les alentó a «renovar nuestra fe en Jesucristo» como «dueño de la vida, de la historia, del tiempo y de la eternidad». Así como a «renovar la fe en la persona humana» ya que «la persona humana y su dignidad está en el centro del mensaje evangélico y esa representa el fin último de la sociedad, la que siempre deberá estar ordenada a ella».

En tercer lugar les pidió «renovar nuestro compromiso por la defensa de la vida» porque «es sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es el Señor de la Vida desde su comienzo hasta su término; por eso la Iglesia enseña que nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente».

Les invitó también a «renovar nuestro compromiso por la paz, estable y duradera».
«Si la humanidad tiene verdadero interés por la paz deberá también tener presente el respeto por la naturaleza y el respeto por la ecología humana», añadió.

Pidió así mismo «renovar nuestro compromiso por la justicia». «Nuestro país sufre todavía demasiadas carencias. Es muy difícil que podamos darnos por satisfechos con nuestros logros económicos mientras más de la mitad de los peruanos viven en medio de la pobreza e incluso de la miseria», subrayó.

«Nuestros sentimientos básicos de justicia, no pueden conformarse con esa situación. La validez ética de nuestra sociedad depende de los avances que logremos en materia de justicia social, de combate a la pobreza y a la exclusión», añadió el presidente de la Conferencia Episcopal.

También invitó a los peruanos a «renovar nuestro compromiso por la construcción de un Perú mejor». «Todos los peruanos tenemos responsabilidad en la construcción de nuestra Patria; todos, y en especial los niños, tienen derecho a gozar de una sociedad de inclusión y de realización humana. Podemos lograrlo cumpliendo lo que prometemos; podemos hacer y fomentar alianzas para avanzar unidos en ésta dirección», indicó

Concluyó deseando que «este nuevo año anime nuestro espíritu de hermandad y que ese espíritu nos lleve a consolidar la democracia, la justicia, la paz, el perdón, la reconciliación y el bienestar para todos en el Perú».

Por su parte, en su primera homilía del año 2007 y en la celebración de la solemnidad de Santa María, Madre de Dios, el cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, Perú, dijo que existen verdades no negociables, como son la dignidad de las personas y el derecho a la vida; especialmente la defensa de la vida del no nacido.

El arzobispo de Lima, dijo que hay aspectos de la doctrina social en los que el Gobierno y los medios de comunicación aplauden el papel de la Iglesia por su constante lucha en busca de la paz, la justicia y el respeto, aspectos que fácilmente podrían confundirse con un moralismo de poder político.

Sin embargo, hay ocasiones en que la iglesia es silenciada, por ejemplo cuando se habla de la defensa de la vida y el matrimonio.

«En el mundo de hoy, el respeto a la vida es muy importante, la especificidad de ser hombre y mujer no se puede negociar con el valor infinito del ser humano», dijo el cardenal Cipriani.

El cardenal indicó que el matrimonio es el lugar privilegiado y sagrado escogido por Dios para que venga la vida al mundo. «La iglesia insiste recordando el sagrado deber de cuidar la vida especialmente de quien no tiene defensa, del que no ha nacido», insistió.

Indicó que la labor de la iglesia es promover y acompañar a la familia para que se mantenga estable.

Finalmente, envió un caluroso saludo por la llegada del año 2007 a los cientos de fieles que se congregaron en la Basílica Catedral de Lima.

Concelebraron junto al Cardenal Juan Luis Cipriani, el nuncio apostólico, el arzobispo Rino Passigato y el obispo auxiliar de Lima, monseñor Adriano Tomasi.

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ZENIT Staff

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