En un telegrama enviado a monseñor Daniel Nlandu Mayi, obispo auxiliar de Kinshasa, el Papa califica al purpurado africano de «un hijo eminente de África», que «ha servido a Cristo y a su Iglesia».
Como presidente de la Conferencia Episcopal de la República Democrática del Congo, subraya el telegrama, el purpurado se comprometió en el anuncio del Evangelio y en la promoción de los pueblos del continente africano.
El Papa ha enviado, además, un telegrama al padre Jozef Lapauw, superior general de la Congregación del Inmaculado Corazón de María, de la que era miembro el cardenal Etsou, para subrayar «la fecundidad de su acción pastoral» al servicio del Congo y de toda África.
Ordenado sacerdote en 1958, y nombrado obispo coadjutor de Mbandaka, el 8 de julio de 1976, Juan Pablo II le nombró arzobispo de la capital de la República democrática del Congo en 1990. El mismo Papa le creó cardenal en 1991.
Con el fallecimiento del cardenal Frédéric Etsou, el Colegio Cardenalicio queda compuesto de 185 cardenales, de los cuales 111 son electores y 74 no electores (han cumplido los 80 años).