Aclaración de los obispos de Venezuela sobre el «socialismo» de Chávez

En el documento final de su Asamblea Plenaria

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CARACAS, lunes, 15 enero 2007 (ZENIT.org).- La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) advirtió que el socialismo marxista que promueve el presidente Hugo Chávez para el país «sirvió de sustento a los regímenes» de Europa del Este, en el siglo pasado.

En una exhortación surgida de su Asamblea Plenaria, fechado el 13 de enero de 2007, la Conferencia Episcopal ha hecho referencia a las palabras pronunciadas por el presidente reelecto el pasado 10 de enero, al comenzar su tercer mandato con la manifiesta decisión de crear un socialismo venezolano, citando a Carlos Marx y Vladimir Lenin.

En su documento final, los obispos venezolanos afirman que «se inicia una nueva etapa en la historia política del país no sólo por la reelección presidencial sino también por la propuesta de un nuevo modelo político-social denominado “Socialismo del siglo XXI”».

«Su raíz ideológica es la doctrina clásica marxista-leninista de los dos últimos siglos, adaptada a nuestro medio y sustentada en una interpretación de textos de los escritos de Simón Bolívar y de otros pensadores del pasado, intentando poner sus fundamentos en experiencias sociopolíticas y económicas de países socialistas, tanto asiáticos y europeos como latinoamericanos», aclaran los prelados.

«El socialismo no es una ideología homogénea –sigue reconociendo en el documento–, sino que tiene diversas expresiones, desde las más colectivistas e impositivas hasta las más pluralistas, democráticas y respetuosas de la propiedad privada».

«Todas ellas, en principio, son opuestas al capitalismo, pero, más allá de una definición, que se da desde una interpretación hecha con mayor o menor amplitud, lo más importante y lo urgente es dar respuesta inmediata y concreta, en la participación y la libertad, a los problemas de la gente, como la pobreza, el desempleo y la inseguridad, que impiden la convivencia y mantienen una sombra de duda e incertidumbre sobre el bienestar pleno para las actuales y futuras generaciones», explican.

«Lo que en definitiva interesa a todos –añaden los prelados venezolanos– es que la propuesta política de gobernar sea ‘una vía de transformación del país abierta a la trascendencia y a la religión, promotora de la inclusión de todos los venezolanos por la vía del diálogo y el convencimiento, que reafirme los derechos inalienables del hombre ya consagrados en la Constitución del 99 y, particularmente, ajena por igual al capitalismo salvaje y a la ideología marxista y estatista, cuyos resultados han sido negativos en los países en que se aplicó».

«Cualquiera sea el régimen político –aseguran–, ha de tener como centro la persona humana y sus derechos, ha de promover los valores democráticos, de los cuales uno muy importante es la preservación de la propiedad privada y su función social».

Los obispos señalan, en este comienzo del nuevo año, algunos aspectos de particular relevancia que contribuirán sin duda a la consolidación de la vida democrática: la Reforma Constitucional «debe estar en consonancia con el pluralismo político y el principio de progresividad de los derechos humanos consagrados en los artículos 2 y 19 de la actual Constitución Nacional».

«La Asamblea Nacional debe tener en cuenta y asumir el pluralismo político e ideológico existente en el país y que ha sido puesto de relieve en las recientes elecciones presidenciales», consideran.

Ante la cadena de cambios y de situaciones nuevas que van surgiendo aceleradamente en el escenario nacional, el Episcopado venezolano indica que «hay situaciones sobre las cuales los obispos no podemos callar y verdades sobre las que seguiremos insistiendo, como son: la centralidad de la persona, los derechos humanos; el pluralismo político frente al pensamiento único y la exclusión por razones ideológicas o por cualquier otro motivo; la educación pluralista, abierta a la trascendencia y a la religión; la lucha contra la pobreza, el desempleo, la inseguridad jurídica y social y la violencia; la libertad de expresión y el derecho a la información; una positiva respuesta a la situación infrahumana de nuestros hermanos privados de libertad y la de los que se sienten perseguidos».

Los obispos indican que se sienten especialmente llamados a promover: «el fortalecimiento del sistema democrático, sostenido por valores éticos y una sincera búsqueda del bien común y de la paz; el desarrollo sustentable, basado en una cultura del trabajo como fuente de realización personal, de fomento de la creatividad y de bienestar familiar; una educación que vaya más allá de la escuela y que sea un eje transversal en todos los espacios de la vida».

Y concluyen firmando que «en medio de las dificultades y problemas que vivimos, no hay cabida para la desilusión y el desencanto. Es la hora de la esperanza».

Puede leerse la exhortación completa en la página web de la Conferencia Episcopal Venezolana http://www.cev.org.ve.

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ZENIT Staff

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