ROMA, miércoles, 17 enero 2007 (ZENIT.org).- Las sectas son un desafío para la Iglesia en América Latina y no son sólo un problema religioso sino también económico y político.
Lo expuso este 16 de enero el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, SDB, en una conferencia sobre la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que inaugurará Benedicto XVI el 13 de mayo en Aparecida (Brasil), en la residencia del embajador argentino ante la Santa Sede.
Para el cardenal Rodríguez Maradiaga, la idea de que las sectas en América Latina sean «denominaciones religiosas importadas de otros países, como Estados Unidos, ya no es cierta, pues las sectas se han convertido en un producto autóctono».
«De repente sale una Iglesia que pide el diezmo (el 10% de los ingresos, ndr.)», observó, pero «no son ya ni sectas, son negocios», dijo poniendo ejemplos de nuevos grupos religiosos que surgen en Centroamérica.
También se han convertido en una cuestión política, alertó: «Algunos tienen la pretensión de llegar al poder» y los políticos acaban «buscando el voto de los evangélicos». En muchos países de América Latina, aclaró, «evangélico es un concepto donde entra todo, los que lo son, y los que no lo son».
Las sectas son «un desafío para un modelo pastoral que se aplica a las parroquias y que está agotado», confesó.
«Tenemos que ser creativos, ir a la gente y no esperar que la gente venga a nosotros: es lo que hacen las sectas, a veces su gestión es más cálida, son los primeros en visitar a los enfermos», explicó.
El cardenal reconoció que si hay una parroquia católica con 100.000 fieles y un solo sacerdote es difícil que el sacerdote pueda ser el primero en ir a visitar los enfermos, pero apeló a la corresponsabilidad de los laicos.
El purpurado, antiguo presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, denunció que en las parroquias católicas existe un «caciquismo parroquial» en el que el sacerdote establece que «aquí mando yo». «Esto requiere una modificación profunda y un laicado organizado», alentó.
El embajador de Argentina ante la Santa Sede, Carlos Luis Custer, al presentar al cardenal Rodríguez Maradiaga, constató que es una personalidad que crea «mucha expectativa dentro y fuera de la Iglesia» y lo definió como un «gran sacerdote».
La conferencia del cardenal y arzobispo de Tegucigalpa se enmarca en el ciclo de encuentros que la Embajada de la República Argentina ante la Santa Sede dirige principalmente al cuerpo diplomático acreditado ante la misma.