El presupuesto refleja opciones morales, recuerdan los obispos de Estados Unidos

Urgen a una apropiada financiación para ayudar a los pobres y vulnerables

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WASHINTON, miércoles, 24 enero 2007 (ZENIT.org).- Haciendo un llamamiento sobre las decisiones del gasto nacional para que sean «no sólo opciones políticas sino también morales», la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB) ha urgido al Congreso para que no se olvide de las necesidades de los pobres de este país y de otros con fondos apropiados en el nuevo año fiscal.

«Cuando establezca las prioridades, el Congreso debería buscar el progreso del bien común de todos, que no puede ser logrado a menos que las necesidades esenciales de los pobres y vulnerables sean cubiertas», escribieron el obispo Thomas G. Wenski, presidente de la Comisión de política internacional de la USCCB, y el obispo Nicholas DiMarzio, presidente de la Comisión de política interna de la USCCB, en una carta conjunta a los senadores.

Específicamente, los obispos expresaron preocupación porque el presupuesto para 2007 pueda reducir fondos esenciales para combatir el virus del sida, malaria y tuberculosis en los países en desarrollo. Señalando que Estados Unidos se ha convertido en «líder de un gran esfuerzo internacional para combatir estas enfermedades devastadoras», los obispos urgieron a los congresistas a aprobar los 4,36 millones de dólares –la cifra propuesta por la Comisión del Senado– para programas moralmente apropiados contra el virus del sida, malaria y tuberculosis para el año 2007.

En los últimos años, escriben también los obispos, el Congreso «ha fallado en financiar plenamente la realización del sistema de alojamiento público, dejando a muchas comunidades locales incrementar los alquileres a los inquilinos con bajos ingresos, descuidar el mantenimiento de las casas antiguas, y reducir importantes servicios para sus residentes».

Hacen un llamamiento a los senadores para que aprueben la propuesta al Senado de financiar con 3.600 millones de dólares la realización de casas sociales, con 15.900 millones de dólares el programa de cheques dedicado a dos millones de familias con bajos ingresos, así como una nueva fórmula de distribución de los cheques que podría servir mejor a las familias en dificultad.

Los obispos también urgieron al Congreso a proporcionar apoyo a los refugiados y otras personas vulnerables. Pidieron 833 millones de dólares para la cuenta de Asistencia a la Migración y Refugiados, 55 millones de dólares para la cuenta de Asistencia a Emergencias de Migración y Refugiados, y 615 millones para la Oficina de Reasentamiento de Refugiados.

«Como pastores y educadores, estamos convencidos de que la medida de la moral fundamental de la política de gasto de nuestra nación depende de si promueve o perjudica a quienes están en más necesidad –concluyen los obispos–. Estos son tiempos difíciles con muy pocas elecciones fáciles, pero hay algunas elecciones correctas. En tiempo de guerra, déficits que aumentan y necesidades crecientes, los líderes de nuestra nación deben asegurar que haya adecuados recursos para proteger y promover las vidas y dignidad de la gente pobre y vulnerable, tanto aquí como en todo el mundo».

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ZENIT Staff

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