LONDRES, jueves, 18 enero 2007 (ZENIT.org).- Cuando un grupo de seminaristas británicos se puso en marcha en su singular misión de obtención de fondos para la Iglesia necesitada en Cuba, pocos habrían predicho el éxito que cosecharon.

Una vez completada la gigantesca tarea, estos seis seminaristas y su vicerrector habían recorrido cada uno 270 kilómetros en bicicleta y reunido casi 23.500 euros (unos 30.000 dólares estadounidenses).

La fórmula de reunir fondos a golpe de pedal, con determinación e ingenio, surgida en el Colegio de Santa María de Oscott, cerca de Birmingham, se inspiró en la necesidad de los 77 futuros sacerdotes del Seminario de San Carlos y San Ambrosio de La Habana (Cuba).

Los futuros sacerdotes de este seminario alojado en un edificio en muy mal estado, dependen de ayuda del extranjero para casi todo: desde las comidas que se sirven en su refectorio hasta el mobiliario de sus habitaciones y los subsidios a sus docentes.

El seminario de La Habana recibe una subvención anual de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), la asociación católica que socorre a los cristianos que sufren. Para ella, Cuba ocupa un lugar prioritario dentro del marco de su ayuda a América Latina.

El mes pasado, Xavier Legorreta, jefe de la Sección de Iberoamérica de AIN, viajó a Oscott para recoger el cheque y darles las gracias a los estudiantes en nombre de los seminaristas cubanos.

«Me asombró muchísimo el éxito de los seminaristas; fue una enorme sorpresa --reconoce Legorreta--. Ha quedado demostrado que es posible conseguir cosas realmente importantes mediante iniciativas sencillas y prácticas».