«Los derechos humanos se violan no sólo por el terrorismo, la represión, los asesinatos, sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y de estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades», afirmó el purpurado.

Por este motivo, citando a Pablo VI, el purpurado salesiano recordó que «el desarrollo es el nuevo nombre de la paz», según informa la Agencia de Noticias Salesianas.

Para el cardenal Obando Bravo no hay solidaridad sin reconciliación. Este compromiso, aseguró, deriva del ser «hijos de Dios» e invitó a enfrentarse a una cultura individualista difundida por los medios de comunicación.

«La paz es obra nuestra: exige nuestra acción decidida y solidaria. Pero es, inseparablemente y por encima de todo, un don de Dios: exige nuestra oración», afirmó.

Posteriormente invocó la acción del Espíritu Santo sobre el nuevo Gobierno. En la ceremonia estaban presentes 14 Jefes de Estado y de Gobierno y de 61 delegaciones, procedentes de todo el mundo.

Cerca del 80% de los 5.400.000 habitantes de Nicaragua sobreviven con menos de dos dólares al día.