Al dirigirse a los participantes en la asamblea plenaria del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, el obispo de Roma reconoció que «el mundo de la comunicación experimenta un cambio creciente».
«Mientras la prensa lucha por seguir circulando, otros medios como la radio, la televisión e Internet se desarrollan a extraordinaria velocidad», constató.
«Ante el fenómeno de la globalización –siguió ilustrando–, la influencia de los medios de comunicación electrónicos coincide con su concentración creciente en manos de pocas multinacionales cuya influencia supera todas las fronteras sociales y culturales».
«¿Cuáles podían son los resultados y efectos de este desarrollo de las industrias de los medios de comunicación y de entretenimiento?», preguntó el Papa pidiendo a los miembros y consultores de ese Consejo vaticano que ofrezcan una respuesta
«Dado el papel penetrante de los medios de comunicación para modelar la cultura, es una cuestión que afecta a todas las personas que se toman en serio el bienestar de la sociedad cívica», reconoció.
El Papa consideró que hay «grandes beneficios para la civilización» que «se deben a diferentes componentes de los medios de comunicación».
«Basta pensar en los documentales de calidad y en los servicios de información, en el sano entretenimiento, y en los debates mentalmente estimulantes y entrevistas», reconoció.
«Además, con respecto a Internet, hay que reconocer que ha abierto un mundo de conocimientos que antes era de difícil acceso, por no decir imposible, para muchas personas. Estas contribuciones al bien común deben ser aplaudidas y alentadas», añadió.
«Por otra parte –alertó–, es evidente que mucho de lo transmitido de diferentes maneras a millones de hogares en todo el mundo es destructivo».
«Al presentar la luz de la verdad de Cristo en estas sombras la Iglesia engendra esperanza», dijo el pontífice. «¡Reforcemos nuestros esfuerzos para alentar a todos para que coloquen la lámpara en una posición elevada, allí donde brilla para cada uno en la casa, en la escuela, y en la sociedad!».