ROMA, lunes, 2 abril 2007 (ZENIT.org).- La caridad es el núcleo de la exhortación postsinodal «Sacramentum Caritatis».
Lo subraya a Zenit el padre Nicola Bux, profesor de Teología Oriental en la Facultad Teológica de Apulia (sur de Italia), autor del libro en italiano «El Señor de los Misterios. Eucaristía y Relativismo» («Il Signore dei Misteri. Eucaristia e Relativismo»).
–El Papa por segunda vez escribe un texto significativo con la palabra caridad, amor. Antes la «Deus Caritas Est» y ahora la «Sacramentum Caritatis». ¿Se trata de una clave de lectura de este papado?
–Nicola Bux: La caridad es la clave de lectura del cristianismo católico y por tanto de la exhortación, porque el Papa Benedicto XVI tiene un pensamiento plenamente católico. Es el portador de lo que, desde siempre, en cualquier lugar y en todas partes se ha creído –como dice san Vicente de Lerins– y al mismo tiempo es un pensamiento en movimiento, atento a las preguntas del hombre contemporáneo.
–En la exhortación, Benedicto XVI subraya el influjo «benéfico» de la reforma litúrgica. ¿Es este uno de los puntos más significativos del documento?
–Nicola Bux: Está en el tema mismo de la exhortación: la Eucaristía fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia. Sabemos que el Concilio quería que la Eucaristía y la liturgia estuviera en el centro de la Iglesia, en cuanto que es continuamente edificada por ella, como dice santo Tomás, y no por nosotros.
La reforma litúrgica, en la misma medida en la que ha tenido esto como premisa, ha producido frutos; cuando en cambio ha incentivado el protagonismo del clero y de los ministros, se ha convertido en espectáculo y ha sido estéril.
–El Santo Padre se remite incluso a la «coherencia eucarística». ¿Qué quiere decir?
–Nicola Bux: Todo católico sabe que no debe recibir la comunión eucarística si vive una vida moral disconforme con lo que significa la misma palabra «comunión»: es decir, el egoísmo que lleva a pensar y a actuar aisladamente, con una libertad que prescinde de la verdad, en lugar de ser un solo corazón y una sola alma como dicen los Hechos de los Apóstoles.
Si uno se divorcia del cónyuge, es decir si se divide, ¿cómo se puede ir al sacramento de la unidad? Si favorezco el litigio y la guerra para afrontar las controversias, ¿cómo puedo acercarme al sacramento del amor y la paz?
Si colaboro con leyes que violan la naturaleza como Dios la ha creado, ¿cómo entrar en comunión con el Creador? He aquí brevemente la coherencia: es decir, la correspondencia entre el creer y el actuar.
–¿Cómo se debe entender la sugerencia de celebrar, en misas internacionales, algunas partes en latín?
–Nicola Bux: En el sentido de que se debe usar el Misal Romano en la edición típica latina, que existe desde el inicio de la reforma litúrgica, en lugar de hacer misas plurilingües que en lugar de parecerse a Pentecostés recuerdan Babel.
Es necesario sin embargo que en cada comunidad parroquial y otras, no se tenga miedo de hacer cantar y orar algunas partes en latín y gregoriano (hay compilaciones publicadas ya desde el Concilio).
¿Por qué habría que usar la lengua inglesa como sucede ya en casi todos los ámbitos de las relaciones en el mundo y no la latina que expresa la fe común de los católicos esparcidos por el mundo?
–¿Cuál es el punto fuerte de esta Exhortación?
–Nicola Bux: La exhortación a vivir la Eucaristía como sacramento del amor, que es comunión orgánica, es decir obediencia mutua, entre el Papa y los obispos, el obispo y los sacerdotes, el sacerdote y los laicos.
Así como la Iglesia no la hacemos nosotros, sino que la reúne y la renueva continuamente Jesucristo con la acción del Espíritu Santo, así la Eucaristía, máxima manifestación de la Iglesia, debe ser observada con humildad obediente de modo que yo «disminuya» y el Señor «crezca» cada vez más en cada cristiano.