Avanza la construcción de la primera iglesia católica en Qatar en catorce siglos

Se dedicará a Nuestra Señora del Rosario

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DOHA, martes, 3 abril 2007 (ZENIT.org).- Se prevé que para final de año habrá concluido la construcción de la primera iglesia católica que se levanta en Qatar desde el siglo VII.

El templo, situado en la zona sur de la capital, Doha, no estará abierto al público, pero constituirá un lugar donde la comunidad católica de Qatar –en su mayor parte formada por extranjeros- podrá orar junta, confirmó el viernes la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews.it».

«Después de más de veinte años de peticiones formales, el gobierno concedió a las confesiones cristianas los terrenos para constituir sus propios ediciones de culto», recuerda a la agencia del PIME el futuro párroco de la iglesia católica en Doha, el padre Tom Veneration.

«A los católicos se les adjudicó el terreno mayor, pues tenemos una presencia antigua en el país y porque nuestra comunidad, compuesta ya por más de 100 mil fieles, es también la más elevada en número», añade.

El terreno «fue concedido a la Iglesia por el emir Amir Hamad bin Khalifa Al Thani, quien en los últimos años –prosigue el sacerdote– ha llevado a cabo una política de diálogo interreligioso, si bien mantiene en vigor la ley que prohíbe a la población, en su mayoría de credo musulmán, convertirse a otra religión».

«Éste es el único, pero gran límite a nuestra obra pastoral, pero debemos adaptarnos», señala.

La circunstancia de la prohibición de conversiones determina que los fieles católicos del país sean en su mayoría extranjeros.

Se calcula que el coste de la construcción de la parroquia católica, que estará dedicada a Nuestra Señora del Rosario, ascenderá a 15 millones de dólares.

Por ello, los católicos de toda la península arábiga, en su mayoría filipinos e indios, están ayudando a reunir la suma.

La inauguración se prevé para finales de año.

«Hasta ahora hemos orado en las casas o en pequeñas capillas dentro del campus americano y del filipino de Doha», explica el padre Veneration, originario de Manila.

«Sumándome a cuantos católicos viven aquí, estoy verdaderamente feliz por la idea de poder celebrar pronto la Misa en una auténtica iglesia, signo de nuestra presencia», reconoce.

«Libre, pero aislada»: así es el rostro de la comunidad católica en Qatar, describe el sacerdote.

«Crecemos en número cada año, pero no podemos hacer apostolado de ninguna manera», recalca.

Ello tiene una doble repercusión: por un lado, representa una garantía, «porque no tenemos roces con el gobierno», pero por otro lado «limita mucho nuestra misión», concluye el padre Veneration.

La colocación de la primera piedra de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario tuvo lugar el 8 de octubre de 2004, día de la festividad mariana.

Igualmente el emir donó terreno para construir edificios de culto a anglicanos, coptos, ortodoxos y protestantes.

En el país la Eucaristía se celebra en rito latino, siro malabar y siro malankar, y en diferentes idiomas: árabe, inglés, italiano, urdu, tagalo y tamil.

Qatar –cuya población es algo inferior a los 800 mil habitantes– estableció relaciones diplomáticas con la Santa Sede en 2003; cuando se anunció esta decisión diplomática se tuvo conocimiento de que el acuerdo preveía que el gobierno qatarí pusiera a disposición de la Iglesia uno o varios terrenos para la construcción de templos, según las necesidades de los creyentes.

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ZENIT Staff

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