«Estoy convencido de que la música» «es verdaderamente el lenguaje universal de la belleza», dijo al final de un concierto que se le ofreció en su honor.
Este lenguaje, añadió, es «capaz de unir entre sí a los hombres de buena voluntad en toda la tierra y de llevarles a alzar la mirada hacia lo Alto para abrirse al Bien y a la Belleza absolutos, que tienen su manantial último en el mismo Dios».
El concierto, que tuvo lugar en el Aula Pablo VI del Vaticano fue ofrecido por la orquesta radiofónica de Stuttgart (Südwestrundfunk, SWR), dirigida por el joven venezolano Gustavo Dudamel (26 años), que interpretó obras de Giovanni Gabrieli (1554/57-1612), de Antonin Dvorák (1841-1904) y, claro está, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791).
El Papa, emocionado, dejó espacio a las confidencias al final del concierto: «Al echar un vistazo retrospectivo a mi vida, doy gracias a Dios por haberme puesto junto a la música, como una compañera de viaje, que siempre me ha ofrecido consuelo y alegría».
«Doy las gracias también a las personas que desde los primeros años de mi infancia me acercaron a esta fuente de inspiración y de serenidad», añadió en un concierto que fue transmitido por radio y televisión en varios países.
Por eso, dio las gracias a «quienes unen música y oración en la alabanza armoniosa y de sus obras: ayudan a glorificar al Creador y Redentor del mundo, que es obra maravillosa de sus manos».
A todos los que estaban presentes en el Aula Pablo VI, el Papa les dirigió este auspicio: «que la grandeza y la belleza de la música os puedan dar también a vosotros, queridos amigos, una nueva y continua inspiración para construir un mundo de amor, de solidaridad y de paz».
Al final del concierto, cuando el Papa se alejaba, los más de 7.000 presentes cantaron «Cumpleaños feliz» al Papa.
La jornada del cumpleaños, después de haber presidido en la víspera, la eucaristía del Domingo de la Misericordia, comenzó en la mañana recibiendo en audiencia a Edmund Stoiber, ministro presidente de su Baviera natal, quien llegó acompañado al vaticano por su esposa y un séquito.
Recibió después la felicitación del ministro presidente del land alemán Schleswig-Holstein, el señor Peter Harry Carstensen.
La jornada alcanzó también un tono ecuménico cuando el Papa recibió en audiencia a Su Eminencia Ioannis Zizioulas, Metropolita di Pergamo, quien le entregó una carta escrita por el patriarca ecuménico de Constantinopla, Su Beatitud Bartolomé I.
Después, a mediodía, en la Sala Clementina, Benedicto XVI recibió en un clima de gran cordialidad al cardenal Friedrich Wetter, administrador apostólico de Munich y Freising, su sucesor en esa sede arzobispal, junto con una delegación de 50 miembros del capítulo metropolitano.
A continuación, en la Sala Ducale del Palacio Apostólico, el Papa almorzó con los miembros del Colegio de los Cardenales.
En este lunes, con motivo de su cumpleaños, salió a las librerías de Italia el libro «Jesús de Nazaret», escrito por el Papa, que se publica con una primera tirada de 350.000 ejemplares.