La crisis de los refugiados iraquíes podría desestabilizar la región, alerta Caritas

En la conferencia convocada por el Alto Comisario de Naciones Unidas para los Refugiados

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CIUDAD DEL VATICANO/GINEBRA, miércoles, 18 abril 2007 (ZENIT.org).- La crisis de los refugiados iraquíes tras el conflicto, que se estiman en dos millones sólo en Oriente Medio, podría desestabilizar la región, afirmó la confederación de organizaciones humanitarias católicas de todo el mundo Caritas Internationalis (CI).

Su presidente, Denis Viénot, y los representantes de CI participaron en una conferencia convocada por el Alto Comisario de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Ginebra, el 17 y 18 de abril, que se centró en el problema de los refugiados iraquíes en los países fronterizos y en el mismo Irak. El encuentro exhortó a la acción para resolver la tragedia humanitaria iraquí.

El responsable de Caritas Internationalis para Oriente Medio y África del Norte, Sebastien Dechamps, estuvo presente en el encuentro «Hay dos millones de refugiados iraquíes sólo en la región de Medio Oriente –afirmó–. Siria, Jordania, Turquía, Líbano y ahora Egipto no pueden sostener por un periodo indefinido tal peso social y económico».

«La comunidad internacional debe asumir la responsabilidad de ayudar a estos iraquíes, que huyen de la guerra, de la violencia y de la desesperación. Nuestros colegas iraquíes de Caritas no podrán participar en este encuentro, pero me dicen cada día que su vida se ha convertido en una pesadilla», añadió.

Caritas Siria, Caritas Jordania, Caritas Líbano y Caritas Turquía están asistiendo a miles de refugiados, pero la situación es insostenible, porque a pocos iraquíes se les da el estatus legal en los países de acogida y a la mayor parte se les prohíbe trabajar.

Los niños deben hacer a menudo trabajos privados, con el riesgo de ser descubiertos y deportados para sostener a sus familias. No pueden ir a la escuela por motivo tanto financieros como legales, o por miedo a que sus familias sean devueltas a Irak.

«A los refugiados iraquíes se les deben dar los medios para subsistir, para poder trabajar y tener esperanza en su futuro», dijo Najla Chahda, director del Centro de Emigrantes de Caritas en Beirut, que ha acogido a algunos refugiados.

Caritas Irak, mientras tanto, ayuda a todos los que han quedado atrapados por la guerra iraquí. Estima que hay cerca de 1,7 millones de personas desarraigadas de su casa en Irak, que buscan alojamiento donde pueden, para huir de las masacres y la violencia.

Caritas Irak ayuda a los más necesitados, los minusválidos, los ancianos, los indigentes, los huérfanos, las madres solteras y las minorías.

El «Well Baby Program», iniciado durante la Guerra del Golfo en 1991, ayuda actualmente a más de cuarenta mil niños menores de cinco años, a las madres gestantes y a las madres que acaban de dar a luz, ocupándose de sus necesidades nutricionales específicas. Los índices de malnutrición entre los niños son peores que cuando Irak vivía bajo el embargo.

Caritas Internationalis es una confederación de 162 organizaciones católicas de ayuda, desarrollo y servicio social, presentes en más de 200 países y territorios.

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ZENIT Staff

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