INDAIATUBA, viernes, 4 mayo 2007 (ZENIT.org).- Monseñor Geraldo Lyrio Rocha, designado arzobispo para Mariana (Minas Gerais, sudeste de Brasil), ha sido elegido -con el 92% de los votos Asamblea plenaria general de la Conferencia Episcopal de Brasil (CNBB)- nuevo presidente del organismo eclesial. Sucede al cardenal Geraldo Majella Agnelo, arzobispo de Salvador.
La elección, celebrada el jueves, nombra igualmente a monseñor Luiz Soares Vieira, arzobispo de Manaos, nuevo vicepresidente de la Conferencia Episcopal.
Monseñor Geraldo Lyrio asume la presidencia de la CNBB en un momento significativo para la Iglesia en Brasil, que se prepara para recibir, la próxima semana, a Benedicto XVI, y acoger la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Su mandato será de cuatro años.
Monseñor Geraldo Lyrio comentó con Zenit la dimensión de su nueva tarea.
“Soy consciente de que la responsabilidad colocada sobre mis hombros es inmensa, pero confío mucho en la gracia de Dios”, afirmó.
“Sé que, si fui llamado para prestar este servicio a la Iglesia, recibiré también de Aquél que me llamó la fuerza, la luz y la gracia”.
Según el arzobispo, que también desempeña el cargo de vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), “asumir la presidencia de la CNBB no es ejercer un cargo o un poder, sino asumir un servicio en la Iglesia”.
Se trata de servir “al Reino de Dios, al Evangelio, a los hermanos y hermanas, a los que creen y a los que no creen. Servicio a todos, sin distinción, especialmente a los pobres y a los que sufren.
Monseñor Geraldo Lyrio afirmó también que “la Iglesia tiene que ser cada vez más la samaritana que sale al encuentro de quienes necesitan un gesto amigo, fraterno, solidario, para que los que están caídos se levanten”.
“Con ese deseo de servir, acepté este nombramiento, dando muchas gracias a mis hermanos en el Episcopado, que me eligieron. Si la elección fue casi por unanimidad, el mérito no es mío, sino de la CNBB, o sea, es de la comunión que existe entre los obispos, del deseo de caminar juntos”, concluyó el obispo.