Represión en Los Ángeles contra inmigrantes, protesta de un obispo

CIUDAD JUÁREZ CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 7 mayo 2007 (ZENIT.orgEl Observador).- Mediante un comunicado de prensa, el obispo de Ciudad Juárez, monseñor Renato Ascencio León, deploró la represión ejercida el pasado 1 de mayo por parte de la policía de Los Ángeles, California, en contra de una manifestación pacífica de inmigrantes, la mayor parte de ellos de origen mexicano.

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El comunicado del monseñor Ascencio León, quien además forma parte del Consejo Pontificio para los Emigrantes e Itinerantes, se produce en el momento en el que organizaciones de inmigrantes han retomado su presencia pública en las ciudades más importantes de Estados Unidos para presionar al Congreso y obtener la legalización de, al menos, 12 millones de trabajadores hispanos ilegales.

A continuación, el texto de monseñor Ascencio León:

* * *

Con asombro, incredulidad y tristeza, hemos visto la brutal represión ejercita en Los Ángeles, California, contra los manifestantes pacíficos que reclamaban el respeto y el reconocimiento a los derechos de los migrantes. Las escenas resultan excesivamente violentas e inadmisibles y, si no fuera porque los medios nos las hacen presentes, estaríamos tentados a no creerlas.

Se trata de un acto más de brutalidad policíaca en contra de los ciudadanos, precisamente en esta nación que se proclama como el país de las libertades, de los derechos civiles y de los derechos humanos. Lamentamos profundamente la suerte de nuestros hermanos migrantes y el poco reconocimiento de que son objeto, no obstante la ayuda inmensa que han prestado y siguen prestando a la economía de ese país.

La violación a los derechos humanos sigue siendo una realidad hiriente no obstante la protesta de las organizaciones derecho-humanistas y de la predicación de la misma Iglesia sobre este particular. No deja de ser paradójico el hecho de que, por una parte nuestra sociedad sea tan sensible a los derechos humanos, y no obstante su violación fragrante siga siendo una realidad cotidiana.

Es doloroso el hecho de que, mientras no hay tránsito libre para las personas, para los seres humanos, si lo haya para el capital, para las materias primas, para las cosas materiales, para las armas y para la droga. Nadie puede quedar indiferente ante las condiciones que experimentan nuestros hermanos en Estados Unidos. No me he enterado, hasta el momento, de ninguna acción diplomática sobre el particular.

Este jueves vi la entrevista que el periodista López Dóriga hizo al alcalde de los Ángeles y me agradó que este controvertido personaje haya suspendido su visita a México para arreglar algunas cuestiones relativas a la migración, para ir a hacer frente a una investigación de los hechos en los que fueron brutalmente reprimidos los civiles. Me agradó el que haya reconocido el papel que la migración ha tenido en los Estados Unidos y la necesidad, según sus palabras, de construir no muros sino puentes. Expresó la necesidad de una reforma política integral, que por cierto ya ha aventurado el Presidente Bush para solucionar de una manera humana un problema tan doloroso.

Nosotros hacemos votos para que escenas como las que presenciamos este martes pasado no vuelvan a repetirse y para que cese la situación de tensión interna que vive Estados Unidos y pueda solucionarse un problema como el que significa la emigración a esa nación.

+ RENATO ASCENCIO LEON
Obispo de Ciudad Juárez

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ZENIT Staff

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